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Los ritmos mapuche que persisten en la música de Violeta Parra

A lo largo de su trabajo como investigadora, Violeta Parra entrevistó a un sinnúmero de cantores populares y campesinos. Sin embargo, hasta hoy se desconocía su paso, como recopiladora, por las comunidades mapuche. El hallazgo de cuatro grabaciones inéditas dan cuenta de cómo la autora de "Gracias a la vida" entrevistó a cantores mapuche y machis. El descubrimiento se enmarca en la conmemoración de los 99 años de la compositora que se celebran este martes.

Abril Becerra

  Martes 4 de octubre 2016 9:06 hrs. 
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En marzo de 2016 la académica de la Universidad Católica, Paula Miranda, encontró una pieza clave para el estudio de la música de Violeta Parra.

Inspirada en la poesía de la compositora, la investigadora llegó hasta el archivo sonoro de la Universidad de Chile para re escuchar las grabaciones de la autora de La jardinera. Entonces, el resultado fue inesperado: cuatro cintas inéditas donde escuchó a Violeta Parra conversando con cantores mapuche.

En estos archivos la profesora no sólo revivió la voz amable, decidida e inquieta de Violeta Parra, sino que también, distintas canciones indígenas en mapudungun.

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Luego del hallazgo Paula Miranda comenzó a analizar las grabaciones junto a dos investigadoras: Allison Ramay, profesora de la Facultad de Letras de la Universidad Católica y Elisa Loncon, académica del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago.

“Las cuatro cintas que encontramos son muy interesantes, pero hay una quinta que está extraviada. Esta última nos llamó la atención, porque en esta se consigna el encuentro de Violeta Parra con una machi y nosotras calculamos que ese fue el primer encuentro donde a Violeta Parra se le reveló el mundo mapuche”, comenta Paula Miranda.

Según la investigadora, la compositora siempre estuvo ligada a la cosmovisión indígena. Esta relación fue más fuerte durante su infancia, ya que vivió en distintos sectores del sur del país, entre ellos, en la comuna de Lautaro, Región de La Araucanía.

“En términos bien concretos, la música mapuche impacta a Violeta Parra de distintas maneras: en su obra poética, musical y visual. Hay unas arpilleras, por ejemplo, que hablan sobre la relación de la naturaleza del mundo mapuche, pero lo más fuerte y  fundamental es que todas sus canciones, sobre todo la de los años 60, tienen siempre una función social. O sea, su canción es siempre ritual. Todas sus creaciones están teñidas por esta dimensión, donde la composición, no solamente se escucha, sino que también provoca acciones: sirve para sanar, para agradecer a la vida, para ofrendar, para enamorarse”, comenta.

En tanto, la académica Elisa Loncon sostuvo que “Violeta Parra, le canta a la vida y el canto mapuche es un canto a las cosas de la vida: se le canta al trabajo, al amor, a la guagua, a las penas de la viudez”.

“Todo lo que se hace se canta, porque el canto es una forma de socialización con el otro y con la naturaleza”, dice.

Asimismo, la investigadora señala que “Violeta es una persona que recoge la palabra, la toma, la lleva y la comunica”. “Un werkén lleva la palabra y recoge los mensajes que entrega. El canto de Violeta entrega los mensajes a quien se los debe entregar y muchas veces es a las autoridades que atentan contra el pueblo”, explica.

La influencia de la música mapuche en la obra de Violeta Parra se evidencia en sus ritmos, en la utilización de instrumentos como el kultrun y en los temas que aborda. El guillatún o Arauco tiene una pena son ejemplo de ello. Del mismo modo, Qué he sacado con quererte es interpretado como un lamento mapuche.

Por otro lado, el folclorista Osvaldo Cádiz comenta que en la creación musical de Violeta Parra existe tres etapas: “La primera, donde su obra está muy apegada a los parámetros de la música y la tradición oral chilena; otra, donde se mantienen algunos ritmos y se incluyen melodías mapuche; y luego viene el gran vuelo dónde está esa genial creación que es Gracias a la Vida”, sostiene.

Cádiz  añade que una de las particularidades musicales de la autora fue su desencanto con la academia, aspecto que en su opinión le permitió experimentar artísticamente. “Violeta decía que la academia la amarraba. No le gustaba. Ella se adelantó a los tiempos, porque era una creadora innata. Totalmente espontánea. Su talento era avasallador” señala.

“Violeta después da a conocer con fuerza el canto con contenido social. Ya teníamos algunos antecedentes de otros autores, pero donde empieza con más fuerza es con ella. Entonces, Violeta es la que abre estos nuevos caminos”, concluye.

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