Veinte años han pasado desde que se realizó la primera versión del Festival Internacional de Documentales de Santiago (FIDOCS).
Durante este tiempo, el evento que fue fundado en 1997 por Patricio Guzmán y Carlos Flores, se ha consolidado como un espacio de difusión y reivindicación del documental.
El camino no ha sido fácil. Para ello, la organización ha debido sortear distintas barreras. “El obstáculo principal ha sido la falta de recursos económicos. Aquí hay mucha gente que apoya voluntariamente, en los espacios de tiempo que tiene disponible, y eso complica un poco el trabajo. También está el dinero que el Estado chileno entrega a través de los fondos concursables, pero este siempre es insuficiente”, señala Carlos Flores, director de FIDOCS.
Este año la competencia del Festival considera tres categorías: una nacional, donde se recibieron cerca de 50 trabajos; otra, latinoamericana que contempló 150 realizaciones; y una de cortometrajes donde postularon más de 200 películas. Al respecto, Flores comenta:“Seleccionar el material es un trabajo bastante pesado, porque somos cinco los programadores que tenemos que ver todas las películas antes de seleccionar las que van a concurso. Entonces, es un trabajo de dos meses. Además, no todos estamos en Chile”.
Carlos Flores también subraya que durante el proceso de selección se lograron identificar ciertos cambios respecto de la técnica y el lenguaje de las realizaciones.“El documental se ha ido mejorando y la tendencia es producir obras más experimentales, más audaces. O sea, los documentalistas están encontrando caminos muchos más interesantes que los que ha ido tomando la ficción que ha tenido una tendencia más industrial y, por tanto, menos experimental”, dice.
En tanto, respecto de las realizaciones nacionales declara: “El documental chileno está en la mejor posición que ha tenido en los últimos 15 años. En eso ha sido muy importante la figura de Patricio Guzmán, también la labor que ha realizado ChileDocs y, por cierto, los Fondos concursables del Estado. También está la mejora y la baja de los costos de las tecnologías y el surgimiento de las escuelas de Cine. Todo eso ha contribuido a que haya mucha gente haciendo películas, documentales y ficciones, y estos trabajos están concursando en muchos festivales que a la vez se están haciendo en todo el país”.
La programación
Este año el Festival comenzará con la proyección del estreno latinoamericano, Le Concours (El Concurso) de la cineasta Claire Simon.
Además, durante la programación se realizará una muestra del realziador Andrés Duque. Por ello, se exhibirán sus trabajos más significativos como Color perro que huye, Ensayo final para utopía y Oleq y las raras artes.
También se efectuará un foco de Derechos Humanos, una muestra de óperas primas suizas y exhibiciones de documentales sonoros. Entre estos últimos destacan Cinco sentidos de Raúl Ruiz, Sonorama fueguino visual y Los sonidos de México.
Los documentales sonoros “son experiencias muy interesantes. En estos trabajos hay dos recursos: están las bandas sonoras y la imaginación de los espectadoras. Este es un esfuerzo muy interesante por sacarle partido a un recurso cinematográfico que uno muchas veces no lo utiliza en un cien por ciento”, explica Flores.
Esta nueva versión de FIDOCS se realizará entre el 7 y el 13 de noviembre en el Centro Cultural Gabriela Mistral, la Sala de Cine de la Universidad Católica, el Centro Arte Alameda, el Cine Radical, la Fundación Telefónica, la Sala K y la Casona Nemesio Antúnez.
La programación completa del Festival puede encontrarse en FIDOCS.