El 12 de octubre de 1979, Fidel Castro pronunció el que hoy es recordado como un histórico discurso. Ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el líder de la revolución cubana abogó por los derechos humanos de los más necesitados.
En la cita Castro emplazó a los gobiernos presentes a trabajar por la igualdad de los habitantes del mundo.
“¡Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se pueden resolver con armas nucleares! Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades ni la ignorancia”, dijo en una parte de su alocución.