La Red de Defensa de los Territorios dio a conocer una declaración pública alertando sobre la violencia de género. El comunicado, dado a conocer por Natividad Llanquileo el 25 de noviembre, fue divulgado en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Las organizaciones miembro aseguran que “la violencia hacia las mujeres es transversal, en diversos aspectos, en diversas formas y en diversas escalas, es importante dimensionar las formas estructurales de la violencia y para eso, es fundamental visualizar las contaminaciones coloniales, patriarcales y de capitalismo que ha traído el imperialismo occidental a nuestros territorios con todos los abusos, masacres, genocidios, desigualdades, racismo, explotación, relaciones asimétricas que se impusieron y que han sido plasmados por el Estado y proyectado hasta nuestros días al interior de las sociedades”.
Exponiendo que para entender los focos de violencia es fundamental ver lo que ha generado el estado chileno “coludidamente con sectores privados, como ha sido la relación histórica con los latifundistas coloniales, empresas forestales y de energía, entre otras que siguen un modelo extractivista y neoliberal”.
“Es violencia la masacre cometida por el estado chileno y que aún permanece en absoluta impunidad, con decenas de miles de asesinados y asesinadas para apoderarse de más del 90 % del territorio ancestral Mapuche durante finales del siglo 19 y principios del siglo 20.
Es violencia la negación a los derechos colectivos, negar la lengua, la cultura, las tierras, las instituciones y autoridades tradicionales, el desarrollo propio, hasta la propia existencia junto a la usurpación de los elementos de la naturaleza indispensables para la vida”.
Así, la declaración pública asegura que es violencia que:
– hoy esté en la cárcel una autoridad tradicional mapuche y mujer, como es el caso de la Machi Francisca Linconao, así como ha ocurrido con otras formas de represión y violencia estatal hacia mujeres, niñas adolescentes, ancianas
-Fue violencia la perpetrada por agentes represores de la policía militarizada a la anciana Machi María Claudina Ancamilla en el año 1999, recibiendo golpes, patadas y dichos racistas, teniendo como resultado: traumatismo encéfalo-craneano, fracturas costales múltiples y fractura clavícular izquierda y, contusión abdominal complicada con hematomas en glúteos y piernas.
-Fue violento ver cómo otra anciana, Nicolasa Quintreman, luego de luchar por más de 20 años por la defensa del territorio frente al estado y la transnacional Endesa, aparece extrañamente muerta y ahogada en diciembre del año 2013, con 74 años de edad, en el mismo embalse creada por la mega represa en el sector Ralco, Altos del Bio Bio.
-Fue violencia también informarse, que una niña de tan solo 12 años, Daniela Ñancupil, aquí muy cerca de Temuco, camino a Chol Chol, fue gravemente herida por un contingente policial en enero del año 2001 y luego con dos intentos de secuestro para atemorizar a ella y su familia, para que haya impunidad en los actos.
-Es violencia el asesinato de Macarena Valdés, con 30 años de edad, cuatro hijos, en agosto de este año 2016 a causa del conflicto generado por una transnacional hidroeléctrica, la empresa RP Global.
-Es violencia la persecución político judicial a la Machi Millaray Huichalaf, quien ha enfrentado detenciones, encarcelamiento y juicio, siendo una activa defensora del lugar sagrado Pilmaiken, amenazado por una empresa hidroeléctrica transnacional noruega Statkraft.
-Es violencia estatal también, la ocasionada por funcionarios del GOPE quienes balearon con perdigones a Ruth Meñaco, a 10 metros de distancia, herida en abdomen y piernas, en su propio hogar y en presencia de sus dos hijos, hecho ocurrido en mayo de este 2016 en la comuna de Cañete.
-Es violencia e inhumano, hacer parir a Lorenza Cayuhan en Concepción, engrillada y en presencia de gendarmes hombres, como ocurrió en octubre de este 2016. Así nació Sayén, su hija.
Así, saludan “a todas aquellas iniciativas de organización de los territorios para hacerle frente a las diversas formas estructurales de violencia estatal y doméstica, revitalizando y revalorando saberes y conocimientos que han permitido de manera integral abrir espacios al fomento de las economías y producciones locales, a la educación tradicional, a la salud natural y a la cultura del respeto”.
En la propuesta de la Red invitan a “abordar todas las formas de violencia”, hablando, educando, informando conjuntamente.