La diabetes fue la enfermedad elegida por la Organización Mundial de la Salud como tópico central del Día Mundial de la Salud 2016, patología que afecta a 350 millones de personas en el mundo.
En Chile, las cifras no son muy alentadoras ya que nuestro país se posiciona en el primer lugar de prevalencia de esta enfermedad en la región, donde según el Ministerio de Salud, un 10 por ciento de la población la padece.
Una de las formas de tratarla es mediante la insulina, la que hasta hoy sólo puede ser suministrada por vía venosa, es decir, los pacientes deben inyectarse el medicamento. Es así como Javier Morales, investigador asociado del ACCDiS y académico de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, encabeza un trabajo que busca utilizar una ruta de administración alternativa de insulina para estos pacientes, a partir de películas transparentes, pequeñas y delgadas donde se encontraría depositado el medicamento, para su absorción por las mucosas bucales.
Cómo explicó Morales, “la insulina es un péptido y junto con las proteínas y con ácidos nucleicos, son un tipo de moléculas que sirven para resolver problemas pero que son súper distintas de las moléculas convencionales como la aspirina, el paracetamol y el ibuprofeno, que son estructuras moleculares pequeñas”.
La insulina es una molécula grande, “lo que trae un montón de problemas, uno de los cuales es que sean mucho más inestables”. Es por ello que este medicamento se administra de manera inyectable porque de consumirse oralmente en cápsulas “nunca llegaría a tener la oportunidad de absorberse porque el fármaco se inestabiliza en el estómago o en el intestino”.
La tecnología aplicada en este trabajo está vinculada con el tratamiento de las partículas de insulina para estabilizarlas y permitir que puedan absorberse en la mucosa bucal, motivo por el cual desarrollaron nanopartículas recubiertas de insulina, “cristales muy pequeños sobre los cuales se deposita la insulina y la forma en que se deposita es la que resulta que quede estable”, detalló Morales respecto a este avance que se encuentra en etapa de ser patentado en Estados Unidos y que hoy se encuentra en etapas de pruebas pre clínicas.
Esta iniciativa, planteó el investigador, “sería un beneficio para los pacientes, ya que muchos de ellos retrasan el inicio de su terapia de insulina porque no quieren empezar a pincharse. O sea, cualquier persona enfrentada a la decisión de tener que pincharse o no, creo que va a optar por la opción que no, entonces optar por estas películas sería una opción a pincharse”.
Imprimiendo los medicamentos
Otro de los avances en los que está trabajando el equipo que encabeza el profesor Morales es en la utilización de la tecnología de impresión para distribuir dosis específicas de medicamentos en estas películas.
A partir de una impresora convencional y básica, los investigadores están probando cómo depositar –o más bien, “imprimir”- medicamentos en las películas, preparando soluciones químicas con los que rellenan los cartuchos, tecnología que también están tratando de patentar, esta vez ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI).
El objetivo de este trabajo es la dosificación específica de cantidades de fármacos dependiendo de la necesidad de cada paciente. Por ello se encuentran en etapa de pruebas para definir, por ejemplo, si se imprime un área de 2 por 2 cms., cuál es la concentración del medicamento que queda finalmente en la película.
“Debemos relacionar la superficie impresa y cuánto vamos recuperando del fármaco del otro lado con la impresión para llegar a la cantidad que necesitamos según cada caso”, explicó Morales visualizando que esta tecnología se enmarcaría en lo que se denomina medicina personalizada. “Se supone que en un futuro próximo vamos a poder conocer a los pacientes mucho mejor en el sentido de saber si es que tal o cual dosis funciona”, a lo que se suma que “como las impresoras tienen varios cartuchos, se podrían combinar diferentes fármacos”.