La cantante inglesa Adele dominó la 59ª edición de los premios Grammy, que se entregaron en la noche de este domingo en el Staples Center de Los Angeles.

La británica se adjudicó los premios a Canción del Año, Álbum del Año y Grabación del Año, los más importantes de la ceremonia, gracias a su disco 25 y a su single “Hello”.

“Lemonade es monumental. Te adoramos”, dijo Adele cuando tuvo que subir al escenario. Sus palabras eran para su gran adversaria en la ceremonia, Beyoncé Knowles, que estaba nominada en ocho categorías y solo se quedó con los premios a Mejor Álbum Urbano Conemporáneo y a Mejor Video Musical, por “Formation”.

La cantante estadounidense, de todas formas, fue protagonista gracias a su interpretación de “Love drought” y “Sandcastles”, dos canciones que cantó embarazada y en medio de un gran despliegue técnico y coreográfico.

Los premios de la industria discográfica fueron también protagonizados por músicos que fallecieron en 2016. David Bowie se adjudicó cinco Grammys por su último disco Blackstar, en una muestra de los criterios discutibles que dominan la ceremonia: en toda su carrera, el cantante solo había ganado un Grammy, por el video de “Blue jean”, además de un premio honorífico.

Los homenajes póstumos tuvieron alta presencia en las actuaciones que se realizaron a lo largo de la ceremonia. Adele cantó “Fast love”, de George Michael, en una performance que será recordada porque interrumpió a la orquesta a medio camino para comenzar otra vez. Bruno Mars y The Time homenajearon a Prince y, antes de la transmisión televisiva, Judy Collins cantó “Suzanne” de Leonard Cohen.

A falta de grandes manifestaciones sobre la contingencia política en Estados Unidos, la ceremonia también será recordada por sus bochornos. Además de la interrupción de Adele, por la fallida actuación de Metallica junto a Lady Gaga, debido a un micrófono fuera de funcionamiento que dejó sin voz a James Hetfield.

Entre los premiados también destacó el rapero Chance the Rapper, que se quedó con Mejor Artista Nuevo y Mejor Disco Rap del Año, superando a Kanye West y Drake. La suya es una victoria simbólica sobre los nuevos rumbos de la industria: fue el primer nominado por un disco distribuido exclusivamente por streaming y no publicado en formato físico.