Cuando Estados Unidos anunció que se salía del Tratado Transpacífico (TPP), las organizaciones contrarias a su realización celebraron lo que leyeron como el fin del pacto negociado secretamente por gobiernos entre los que se encontraba el chileno.
Sin embargo, y lejos de su muerte, el TPP es una idea común por la que trabajan países como el nuestro, así lo aseguró Paulina Nazal, directora general de la Direcon, quien en entrevista con La Tercera reconoció que en la reunión sostenida el pasado fin de semana en Vietnam (en el contexto de la cumbre la Apec), nadie de los presentes “se puso en el escenario que el TPP caiga definitivamente”.
Sus palabras causaron molestia y preocupación entre los detractores de la iniciativa. Organizados en el movimiento Chile sin TPP, colectivos de la sociedad civil, defensores de los derechos humanos y algunos grupos políticos volvieron a levantar la voz para impedir que el acuerdo logre ver la luz. Acusan que de establecerse, se perderían soberanías locales a espaldas de los ciudadanos.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, Carlos Figueroa, miembro de la plataforma contraria al acuerdo explicó las razones que llevan a oponerse al tratado.
“El Tratado Transpacífico es un acuerdo internacional que Chile estaba firmando hasta hace un año, acuerdo que tenía por principal objetivo el proteger las inversiones de las principales corporaciones extranjeras en Chile, y normar alguno de los temas que tienen que ver con el comercio exterior local. Lo que, por ejemplo, afecta a la salud porque protege a las farmaceuticas; también al medioambiente y a la democracia, esto último, porque ponía una camisa de fuerza al Estado para poder actuar y, al mismo tiempo, permitía a las grandes corporaciones demandar al estado chileno en el extranjero”.
El también miembro de Revolución Democrática fustigó la forma en que se desarrolló la reunión en Vietnam: “Siguen negociando de espaldas a la ciudadanía y nos informan que van a continuar con las mismas reglas establecidas anteriormente”.
Una de las principales críticas que hacen los participantes de la plataforma Chile Mejor sin TPP (que componen 110 organizaciones) es al rol activo que a tenido el Gobierno de Michelle Bachelet en impulsar el tratado. Así, Figueroa criticó que una administración de izquierda impulse estas cláusulas que afectan a los ciudadanos y que dan “un poder desmedido, descontrolado, a los capitales extranjeros”.
Así, explicó que el objetivo que hoy los une es “poner de relieve la incoherencia que un gobierno que se dice de centro-izquierda empuje un acuerdo que beneficia a las grandes corporaciones internacionales; sino también poner sobre la mesa las razones del por qué este acuerdo no debe firmarse”.
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