La carrera por el sillón presidencial está en marcha y a medida que pasan los días, los distintos candidatos, ya sean los que van a primarias o directamente a la elección de noviembre, van mostrando más detalles de su programa de gobierno.

Pero es habitual que cada abanderado tenga al menos un estandarte como propuesta principal, la gran oferta que le hacen a la ciudadanía. Por ejemplo, la campaña de Michelle Bachelet en 2013 levantó las consignas de educación gratuita, reforma laboral y tributaria, lo que sumado a su extinta popularidad, le permitió arrasar en los comicios.

Pero a veces las promesas se cumplen parcialmente o algunas ni siquiera alcanzan a ser presentadas durante la gestión. Por esto es que habitualmente existe escepticismo en gran parte de la ciudadanía respecto de los programas de los candidatos.

El martes, el ex presidente y precandidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, presentó su nuevo plan de ‘Transporte Tercer Milenio’ para la Región Metropolitana, el que en caso de implementarse en su hipotético nuevo gobierno, reemplazaría al eternamente cuestionado Transantiago.

De ganar Piñera, el proyecto tardaría diez años en implementarse y costaría 7 mil 530 millones de dólares entre aportes estatales y concesiones. Pero hasta ahora, el ex presidente no ha detallado en si están las condiciones para llevar a cabo esta propuesta.

Alejandro Guillier también entregó lo que al parecer será su compromiso principal. Siguiendo la línea del actual mandato de Bachelet, el congresista y candidato de gran parte de la Nueva Mayoría destacó que de resultar electo impulsará la educación gratuita universal además de continuar con el proceso de cambio a la Constitución.

Pero la propuesta educacional también fue presentada de esa manera en un principio por Bachelet y finalmente se hizo de forma gradual. Por lo que es posible que se instale la duda si la Nueva Mayoría podría sacar esto adelante.

El cientista político Kenneth Bunker, sostiene que en el momento actual es fácil para un candidato realice grandes anuncios sin detallar cómo los llevarán a cabo.

“Me parece que este es un momento perfecto para hacer grandes promesas, de ser bien ambiguo, de ser bien general en las promesas. Dado que estamos en un ciclo de primarias eso es lo que tienen que hacer los candidatos”, dijo el especialista.

Bunker pone como ejemplo también al precandidato del Frente Amplio, Alberto Mayol, otro de los que ha dado anuncios más concretos. El cientista político dice que si bien el abanderado de Nueva Democracia ha planteado gratuidad y un tren de Arica a Puerto Montt, no ha dado detalles de cuán factibles son. Esto es algo común en todos los abanderados, explica, pero también omiten el análisis respecto de si contarían con el apoyo parlamentario para cumplir sus promesas.

Lo que conforta a la ciudadanía

El cientista político sostiene que actualmente lo que buscan los votantes es privilegiar la situación económica, principalmente por lo hecho por el gobierno Bachelet, donde se ha privilegiado el largo plazo por sobre el corto plazo. En este sentido, señala que la ventaja la tienen las propuestas de Sebastián Piñera, debido a que su mandato estuvo centrado en materia económica más que justicia social.

Por su parte, el sociólogo del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Alejandro Olivares, asegura que no se puede innovar mucho en materia de promesas de campaña. En este sentido, indica que siempre las que son mejor recibidas son las que tienen un efecto inmediato y palpable por la ciudadanía.

“Cualquier cosa que tenga que ver con seguridad ciudadana, reducción de temas de drogas, siempre van a ser muy bien recibidas, por lo tanto son primeros lugares. Luego temas de transportes, calidad de vida en general. En tercer lugar, temas de salud. Lo más fácil de recibir por la ciudadanía es lo que puede ser más fácil de realizar, cosas más concretas que siempre están en primer lugar en las preocupaciones de la ciudadanía”, aseguró.

Aunque lo que Olivares recomendaría a un candidato, según dijo, es subir el discurso en materia educacional pero incluir la delincuencia, mostrando que en este gobierno y el anterior de Bachelet los asaltos han sido menores que en el mandato de Sebastián Piñera.