La Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) rechazó el Programa de Cumplimiento presentado por la compañía Soquimich con el que buscaba ejecutar las obligaciones ambientales en relación al proyecto Pampa Hermosa, al sur de la comuna de Pozo Almonte.
La institución fiscalizadora formuló cargos en contra de la minera argumentando que no se implementaron medidas de mitigación establecidas en el proyecto, suspendiendo la idea extractivista, lo que finalmente, ante un eventual rechazo de una próxima apelación, podría derivar en multas o en la clausura de la faena.
Los problemas para Soquimich parecieran no terminar. Al juicio arbitral que enfrenta con el Estado, a través de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), por incumplimientos en los contratos de arrendamiento en el Salar de Atacama, se suman los cargos contra la firma presentados hace unos meses por la misma Superintendencia de Medio Ambiente. En este último caso, por seis faltas ambientales en dicha operación, ubicada a 100 kilómetros de San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta.
Para el abogado representante de comunidades indígenas del norte del país, Alonso Barros, estas decisiones ambientales contra proyectos extractivistas de Soquimich vienen a validar el daño irreparable que está haciendo la compañía en contra de los ecosistemas y comunidades de la zona. “Aquí claramente hubo un apretón de tuerca, la Dirección General de Aguas que no hacía mucho, y por otro lado el Servicio Nacional de Geología y Minería, el mismo Servicio de Evaluación Ambiental. Puedo señalar que un ex empleado de SQM, Cristián Andrés Gutiérrez Villalobos, estuvo muchos años como director interino del SEA de Antofagasta, que aprobaba los proyectos de la compañía. Mucha gente le daba la pasada y uno comenzó a saber de estos hechos irregulares cuando se supo de los escándalos políticos-financieros”, argumentó.
Recordemos que Corfo inició hace unos meses estudios para solicitar el término anticipado del Contrato de Proyecto que tiene firmado desde 1993 con Soquimich para explotar el Salar de Atacama.
Eduardo Bitrán, vicepresidente ejecutivo de la entidad, ha manifestado que “SQM aumentará su producción, con lo que se puede estimar que dejará de producir litio en el Salar de Atacama anticipadamente, ya que ahí coparía y terminaría su cuota autorizada”.
Junto con ello, Bitrán indicó que Codelco pretende entrar al negocio del litio. “La demanda está creciendo muy rápidamente y los proyectos en curso tienen una maduración lenta”.
Para el diputado integrante de la Comisión Especial Investigadora del litio y el contrato suscrito entre CORFO y SQM, Daniel Núñez, la postura de la Corporación debe ir más allá. “Tiene que actuar con mucha más decisión y sacar hoy día a Soquimich del Salar de Atacama y dar paso a una empresa estatal que explote y respete el medio ambiente”.
El parlamentario del Partido Comunista agregó que las últimas reuniones entre ejecutivos de la minera no metálica y personeros del gobierno de Mauricio Macri, no hacen más que validar los supuestos de que la compañía está en retirada y ya piensa en un “plan B”, que es la explotación de yacimientos en el vecino país.
“Frente a ese escenario y considerando el contrato incumplido que Soquimich tiene con Corfo, pero que sí o sí vence el año 2024, evidentemente ellos ven en peligro su negocio y por eso han buscado otras oportunidades en tratativas con el Gobierno argentino, donde han hecho bastantes anuncios de inversiones para explotar yacimientos trasandinos y, desde ese punto, no depender del Salar de Atacama”, detalló.
La mina Exar, ubicada en el salar de Cachaurí, provincia de Jujuy, fue vista cuando se anunció la inversión como un “plan B” para SQM en el caso de perder el Salar de Atacama en su litigio con Corfo, pero fuentes de la empresa han reiterado que es parte de una búsqueda por expandirse geográficamente.
Cabe destacar que el Salar de Atacama cuenta con una de las mayores reservas mundiales de litio, donde Soquimich opera en un 75% del área, mientras que el restante está en manos de la compañía estadounidense Albemarle Corp.