Este martes fueron formalizados tres ejecutivos de Enel por su eventual responsabilidad en la contaminación generada entre 2012 y 2015 por la central de la termoeléctrica Bocamina en la bahía de Coronel.
Se trata de los ejecutivos Eugenio Enero, David Segundo y Pablo Poggi, quienes deberán cumplir con la medida cautelar de firma quincenal durante los ochos meses por los que se extenderá la investigación.
La querella fue presentada en 2012 por los pescadores y algueros de la ciudad luego que se registrara una gran cantidad de langostinos varados en la costa. Por ese hecho, se apuntó a la incorporación de elementos contaminantes al mar que formaría parte de algún procedimiento de la planta.
Al respecto, el presidente de la Federación de Pescadores Artesanales del Bío-Bío (Ferepa), Hugo Arancibia, señaló que se registró una contaminación con metales pesados que estaba generando daños a niños y ancianos del sector, principalmente por enfermedades pulmonares.
El dirigente comentó que se sancionaría por contaminación de recursos que se encontraban en veda, según establece la Ley de Pesca.
Según esta normativa se aplicaría sanciones a quienes “con dolo o culpa introdujere o mandare introducir organismos genéticamente modificados al mar, ríos, lagos o cualquier otro cuerpo de aguas, sin contar con la autorización”, explicó Arancibia.
En tanto, las autoridades locales han cuestionado la instalación de esta planta Bocamina acusándola de ser “un mal vecino” para Coronel por los altos niveles de contaminación que genera en la región del Bío Bío.