El candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, corre con ventaja según las encuestas en el camino por llegar a La Moneda. Pero ninguna carrera está ganada antes de correrla.
Por lo mismo, el ex mandatario sigue en su trabajo de campaña, porque si bien en su entorno saben del buen escenario electoral que viven, principalmente gracias al voto fiel que tiene el bloque derechista, aún hay un sector fundamental para la pretensión de Piñera y que le es un tanto esquivo, la llamada “familia militar”.
Aún existe un sector ligado a las Fuerzas Armadas que relativiza al hablar de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura en nuestro país. Actualmente, el ex presidente aprovecha la contingencia en torno al tema para asegurar este voto. Esto porque Michelle Bachelet, quien vive sus últimos meses de Gobierno, espera retirarse con un hito en materia de Derechos Humanos, una de sus más importantes deudas en política, probablemente.
Se prevé que en septiembre el Ejecutivo cierre el penal Punta Peuco, recinto carcelario destinado especialmente para ex uniformados que han sido condenados por violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Piñera y su comando han reaccionado para frenar la iniciativa del Ejecutivo. En entrevista con Radio Sonar el candidato manifestó que la idea de cerrar Punta Peuco “es una medida política, electoral. ¿Por qué se hace ahora a meses de las elecciones, por qué no se hizo a comienzos del gobierno?”, planteó.
Pero el abanderado de Chile Vamos no muestra coherencia entre su análisis y sus propias acciones. El 29 de septiembre de 2013, a meses de que finalizara su gestión y de que se realizaran nuevos comicios presidenciales, Sebastián Piñera concretó el cierre del penal Cordillera, otro de los recintos especiales para condenados por violaciones a los Derechos Humanos.
Este hecho hoy significa un conflicto que afecta a su intención de asegurar el voto uniformado. Cuando se concretó el cierre de Cordillera, el sector militar adepto a la dictadura lo calificó de “traidor”, debido a que era y es representante de un conglomerado cuyos partidos nacieron al alero del régimen de los uniformados, donde muchos de sus militantes incluso fueron ministros durante los años de dictadura.
Por lo mismo hoy existe cierta desconfianza de parte de este grupo respecto de lo que pueda hacer Piñera para el beneficio de ellos. Además, según señalaron a nuestro medio personas cercanas a la “familia militar”, la molestia con el ex mandatario se ve acrecentada no sólo por el cierre de Cordillera, sino que también por una consecuencia del hecho: El suicidio del ex director de la CNI, Odlanier Mena, quien se quitó la vida tras saber que sería trasladado a Punta Peuco.
Con este panorama, los ex uniformados adhieren a otra figura de la derecha: José Antonio Kast. El diputado y candidato presidencial independiente, siempre se ha caracterizado por ser cercano al mundo militar y al pinochetismo. En consecuencia, hace algunos días recibió el apoyo formal de distintas organizaciones del ya mencionado sector, en un acto realizado en el Teatro Caupolicán, en el que incluso entonaron la estrofa eliminada del himno nacional tras el término de la dictadura.
Patricio Carrasco, presidente de la asociación de oficiales de la Armada en retiro, señaló a Radio Universidad de Chile que si bien valora la intención actual de Piñera, de quien considera un error el haber cerrado Cordillera, ve con escepticismo su avanzada. “Esta es una señal, en política todo es posible. Pero espero que sea algo sincero, sino ya estaríamos en la segunda etapa del engaño. Ojalá sea sincero y claro, que sea una realidad”, expresó.
Por su parte, José Antonio Kast expresó a Diario y Radio Universidad de Chile que lo anunciado por Sebastián Piñera no es suficiente para recuperar la confianza del mundo militar, pero que puede ser un paso, recordando que no tan sólo cerró Cordillera, sino que también instaló desde la derecha el término de los “cómplices pasivos” de la dictadura, cuando se cumplieron 40 años del Golpe de Estado.
“El llamado que le hago a Sebastián Piñera es que detenga por un momento su campaña electoral y se enfoque junto conmigo en evitar esta arbitrariedad e injusticia que quiere cometer el gobierno. Y que en caso de que Michelle Bachelet insista en esto, ambos nos comprometamos a que en el caso de que cualquiera sea presidente de la República, revierta esta medida e indulte a adultos mayores y enfermos terminales ”, dijo Kast.
Aunque el llamado del candidato independiente, hoy renunciado a la UDI, quita un poco el espíritu de competencia electoral. Probablemente, si Piñera hoy no es de la simpatía de la “familia militar”, Kast pueda funcionar como un nexo para el ex presidente. Esto considerando que el actual diputado no tiene un buen desempeño en las encuestas. En la última CEP no apareció, en Adimark marca un 1% y Cadem lo muestra con un 4%, todos estos números lejanos a los de Sebastián Piñera.