Este miércoles, la presidenta Michelle Bachelet firmó el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares en su primer día de actividades en la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York.
El acuerdo busca impedir el desarrollo, prueba, producción, almacenamiento y transferencia de esta arma de destrucción masiva, adoptado el pasado 7 de julio por 122 países. La normativa fue firmada por 51 mandatarios y entraría en vigencia en los siguientes 90 días.
Dentro de sus objetivos está que los estados se hagan cargo de las consecuencias humanitarias y ambientales que genera el armamentismo nuclear y facilitar las condiciones para que los conflictos internacionales se resuelvan través de vías pacíficas. También se deja abierta la posibilidad de que las naciones que tengan armas nucleares puedan incorporarse luego de que destruyan sus arsenales.
El acuerdo se da en un escenario internacional tensionado por las pruebas nucleares que ha realizado Corea del Norte y la respuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de “destruir totalmente” ese país de seguir con estas acciones.
Recordemos que el Tratado Prohibición de Armas Nucleares no fue acogido por Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, Corea del Norte, India, Pakistán e Israel, consideradas las potencias atómicas del mundo.
La cientista política Lucía Dammert valoró la ratificación del acuerdo y sostuvo que profundizaría una mirada de seguridad mundial. “esto ha sido debatido por meses por Naciones Unidas y si bien es verdad que Latinoamérica es una región libre de armas nucleares estamos a favor de su limitación, en otras áreas del mundo esto no es una prioridad”, indicó
Sin embargo, para el analista internacional Pablo Jofré esta firma no es más que una acción coyuntural, un tratado de buenas intenciones que tiene, principalmente, un fin comunicacional.
Dijo que es una normativa bastante injusta porque siguen existiendo países que monopolizan la producción de armas nucleares y que no son obligados a acogerse a esta normativa. El analista cuestionó el porqué no se ha puesto énfasis en Israel, el país que posee más de 300 artefactos nucleares en Oriente Medio, una de las zonas más inestables del mundo, y que nunca ha tenido ni bloqueos ni sanciones.
Durante la jornada también firmaron el acuerdo los jefes de Estado de Venezuela, Costa Rica, Cuba, México y Brasil. El mandatario de este último país, Michel Temer, manifestó que se trata de una “importante contribución para las aspiraciones de un mundo más seguro”. Además, solicitó que todos los países, incluidas las potencias nucleares, que firmen el tratado.
Mientras que el Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de la OTAN- integrado por Norteamérica y Europa- indicó que no apoyará este tratado internacional por considerar que no “será eficaz” si no se incluye a todos los países que poseen armas de este tipo en la actualidad.
Desde Naciones Unidas aclararon que con este tratado se concluye con 20 años de estancamiento en negociaciones multilaterales en materia de desarme nuclear.