En la apertura de la Asamblea general de la ONU, su secretario, el portugués Antonio Guterres, había pedido dejar a un lado “la retórica agresiva” que pueden encender una guerra nuclear. No le han hecho mucho caso.
Donald Trump aprovechó su primer discurso para lanzar una dura advertencia a los norcoreanos. Si Estados Unidos “se ven forzados a defenderse a sí mismos o a sus aliados, no nos quedará más remedio que destruir totalmente Cortea del Norte”, dijo en la tribuna de la ONU.
La reacción de Pyongyang no se ha hecho esperar, mientras su líder calificaba a Trump de ‘senil’, su ministro de Relaciones Exteriores, Ri Yong-Ho declaró que es posible que lleven a cabo un ensayo con una bomba de hidrógeno fuera de su territorio, en el Pacífico. “La decisión depende de nuestro líder, así que no lo sé seguro”, añadió el ministro.
Trump “me ha insultado, a mí y a mi país, ante los ojos del mundo entero, y ha lanzado la más feroz declaración de guerra de la historia”, dijo Kim, según un despacho de la agencia oficial norcoreana KCNA. “Castigaré con fuego al senil norteamericano mentalmente trastornado”, amenazó el líder norcoreano.
Este sábado, Guterres se reúne con el canciller norcoreano al margen de la asamblea para intentar abrir una puerta hacia la negociación, según confirma la agencia AFP.