En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el autor del libro “Tati Allende. Una revolucionaria olvidada”, Marco Álvarez, se refirió a la figura de una de las hijas del ex presidente Salvador Allende, Beatriz alias Tati, ‘su más leal colaboradora’ durante la UP y la encargada por su padre de articular a las izquierdas para impulsar la resistencia a la Dictadura.
El autor enfatiza en la dimensión revolucionaria de Tati Allende, que incluso participó como parte del equipo de apoyo de la guerrilla encabezada por Ernesto Ché Guevara en Bolivia, y que se contrapuso a la postura política de su padre, no obstante una vez instalado en La Moneda, se convirtió en su ‘mano izquierda’, siendo la derecha Miria Contreras, la Payita.
Álvarez señala que Tati Allende nunca se perdonó haber abandonado La Moneda el 11 de septiembre de 1973, ya que era una mujer que se había preparado para luchar contra los sectores del conservadurismo y del fascismo, por lo que desde su exilio en Cuba siempre intentó regresar a combatir la Dictadura, sin poder conseguirlo.
“Tati decidió regresar a Chile. Se lo pidió al secretario general de su partido, que era Carlos Altamirano en ese tiempo, el cual le dijo que no porque servía mucho más en el exilio que al interior de Chile. Se lo pidió a Fidel Castro, quien también le dijo que no. Y, en cierta medida, Tati fue mermando su espíritu, ella consideraba que su puesto de combate se encontraba al interior de Chile, en la resistencia y en ese sentido podemos decir que Tati se fue apagando poco a poco”.
El 11 de octubre de 1977, Beatriz Allende cometió suicidio, tema que para Marco Álvarez es tabú tanto para la cultura occidental, como también para la cultura revolucionaria en donde es mal visto y se margina “al rincón del silencio”, aseguró, el que incluso habría generado a nivel familiar un dolor muy grande que dificulta hablar de ella.
“El olvido de Tati, uno de los factores principales, es que se haya suicidado y Tati tenía nociones de aquello, lo sabía. Incluso, podemos decir que esta reticencia a declarar que Salvador Allende se había suicidado, duró más de una década. En Cuba no se quería aceptar, siempre se barajó la posibilidad de la caída en combate porque los revolucionarios caen en combate y no tienen posibilidades de suicidarse”.
Marco Álvarez aseguró que entre las razones que explican el olvido al cual fue confinada Beatriz Allende, está el hecho de ser mujer en un mundo patriarcal y machista como es el de la revolución. De hecho, el autor recordó que algunos de sus entrevistados se referían a Tati como ‘la hija hombre’, de Salvador Allende por, supuestamente, tener atributos políticos que no reconocían en una mujer.
Además, Álvarez se refirió a una eventual voluntad política de parte de sus ex compañeros del Partido Socialista de invisibilizar su figura ya que esta no les servía para cimentar la renovación del partido, y mucho menos para administrar el modelo económico y social neoliberal legado por la Dictadura cívico-militar.
“Tati representa la dimensión más revolucionaria de Allende, y por lo tanto incomoda en los cimientos de este sistema neoliberal donde la Concertación y sus ex compañeros de partido, sobre todo, la han mantenido en el olvido porque la Tati no les sirve hoy día para el proyecto que ellos han tenido para Chile. La Tati no tiene nada que ver con el proyecto neoliberal, con la profundización de las injusticias sociales en el país. Y en ese sentido, era necesario dejarla en las cloacas del olvido, como lo hicieron con tantos otros compañeros, no es el único caso de Tati, y en ese sentido hay una voluntad política de olvidar a Tati y de no traerla de regreso a su país”.
Finalmente, Marco Álvarez expresó que otro de los objetivos de escribir este libro, no es sólo sacar de ese olvido a Tati Allende, “sino que a otros compañeros que dieron su vida por la construcción de un Chile más libre, democrático, igualitario y mejor”.