El pasado sábado, en una entrevista radial, el mandatario peruano Pedro Pablo Kuczynski reconoció haber mantenido un vínculo con la empresa brasileña Odebrecht: “A veces, me han contratado para H20lmos”, dijo el presidente.

El anunció de inmediato despertó las críticas de la oposición que ya había advertido sobre el lazo del jefe de Estado con la compañía. Por ello, el bloque decidió pedir la renuncia del mandatario.

“Es evidente que su permanencia en el máximo cargo de la nación es insostenible”, manifestó el diputado Daniel Salaverry.

Este antecedente se suma a la información constatada por la comisión Lava Jato del Congreso peruano que verificó que Odebrecht canceló US$782.207 a Westfield Capital, empresa de asesoría financiera de Kuczynski. Lo grave de esto es que el monto habría sido transferido entre 2004 y 2007, periodo donde el mandatario se desempeñó como ministro de Economía de Alejandro Toledo.

Luego de los emplazamientos de la oposición Kuczynski indicó que en Perú existen “muchos chismes, muchos rumores, muchas luchas fratricidas”. Por ello, manifestó que el próximo viernes se reunirá con los integrantes de la comisión del Senado para aclarar la situación.

En Perú el Caso Odebrecht ha alcanzado a distintas autoridades. Ollanta Humala y su esposa Nedine Heredia fueron detenidos por lavado de activos en el marco de la investigación. Mientras, Alejandro Toledo mantiene una orden de arresto que no ha podido concretarse porque el ex jefe de Estado se encuentra prófugo en Estados Unidos. En tanto, Keiko Fujimori también fue incluida en la investigación. Esto, luego de que se sospechara que parte de sus campañas presidenciales fueran financiadas por la empresa brasileña.