Antes del 19 de noviembre, cuando las encuestas gozaban de una credibilidad prácticamente incuestionable para muchos medios de comunicación, algunos especulaban que Gabriel Boric corría el peligro de no ser reelecto. En tanto, sobre el Movimiento Autonomista, colectividad en que milita, se rumoreaba sobre posibles quiebres, la pesadilla de ellos que nacieron precisamente de un quiebre: el de Izquierda Autónoma.
Pero los resultados cambiaron los imaginarios y reafirmaron la realidad del colectivo como protagonistas del escenario político local, esto dentro del sorpresivo posicionamiento del Frente Amplio en lo electoral, donde los autonomistas cuentan con dos nuevos diputados que se sumarán al reelecto Boric en la Cámara.
Pero propio de un conglomerado que recién nace, aún hay discusiones en el aire para alcanzar una madurez como coalición más allá de la lucha por obtener cargos de representación. En el caso autonomista, su secretaria general, Constanza Schönhaut, entregó las visiones del movimiento sobre esto, pero también en el caso particular del grupo que dirige.
“Uno de los desafíos principales del Frente Amplio es hacer una buena lectura sobre qué significó el 2017”, señala. La dirigenta comienza poniendo perspectiva más allá del resultado electoral. En esto observa que hoy los clivajes van más allá de si son “derecha o izquierda”, que el descontento tiene que ver con el modelo de transición representado por la Concertación y Nueva Mayoría, por lo que el desafío, o uno de estos, es ser el actor político que convoque a los descontentos, “disputar el sentido común”, dice.
– ¿Dentro del aprendizaje de este año cómo ves la articulación con los movimientos sociales?
– Creo que fue una de las fortalezas del Frente Amplio, nosotros logramos no sólo representar, sino que convocar a los movimientos sociales a este proyecto. En 2013 lo que hace Bachelet es levantar las banderas del movimiento social pero sin ellos. Nosotros lo que hicimos como bloque, por nuestro origen en la lucha social, fue convocar más allá de las banderas, sino que en un proyecto político coherente que abre las puertas a que actores sociales diversos tengan expresión en esta alternativa. Es algo que hay que seguir fortaleciendo, lo hemos debatido con dirigentes de movimientos sociales y hay que ver cuál es la forma en que se relaciona el actor político con los movimientos para generar una relación que sea capaz de avanzar en articulación social y una agenda de cambios al mismo tiempo.
– En conversación con Javier Zúñiga del Colectivo La Savia, él observó que el Frente Amplio construye desde la coalición y busca expandirlo al movimiento social ¿Consideras que eso ocurre en el conglomerado?
– Uno de los errores de la izquierda es siempre pensar que hay sólo una forma de hacer las cosas, creo que eso da cuenta de que no hay una lectura clara de lo que significa el neoliberalismo en Chile. Efectivamente buscamos construir un movimiento popular que sea capaz de expresarse en cada rincón de Chile. Cuando digo que no hay sólo una fórmula es porque hoy nuestra irrupción institucional nos genera mejores condiciones para lograr eso. Pensar que vamos a lograr sólo construyendo desde abajo hasta conquistar el poder, es pasar por alto que hoy ocurren un montón de procesos de transformación del modelo que están en curso, y si uno no logra ser un actor incidente en eso ahora, de aquí a veinte años, cuando todo el mundo esté organizado, las condiciones van a ser distintas. Hoy el Frente Amplio tiene el desafío de arraigarse profundamente a los espacios populares y representar de forma transversal al Chile actual. El riesgo constante de la izquierda es ser solamente la izquierda, la tercera fuerza, la que va mediando ciertos avances pero nunca ser una alternativa de gobierno transformador.
– En la búsqueda de construir socialmente, varios movimientos de la coalición trabajan en distintos frentes, como los de Educación o Género ¿Falta potenciar más eso?
– Hay dos desafíos. Este año logramos a través de los grupos de apoyo programático generar espacios entre distintas visiones dentro del Frente Amplio que puedan producir posiciones políticas, producir conocimiento. Al mismo tiempo se han ido consolidando distintos frente a nivel de bloque. En lo educacional eso se expresa en los resultados de las últimas federaciones, donde logramos ganar siete u ocho federaciones en el país. En el ámbito feminista existe una articulación, de hecho en 2016 presentamos el proyecto de ley 8/M, que fue producto de esto. Tenemos que seguir fortaleciendo esto no sólo dentro de los militantes, sino que precisamente plantearnos a disposición como plataforma para la articulación de estos ámbitos sociales. Ahí va a estar la fortaleza del Frente Amplio, pensar que sólo del Congreso se hacen los cambios es un error, tenemos que consolidar fuerza social.
– El resultado de Beatriz Sánchez en la presidencial los deja con la moral alta me imagino para la elección de 2021 ¿Prestan la suficiente atención a la actual experiencia de Jorge Sharp como alcalde para madurar al Frente Amplio en el caso de que lleguen a ser gobierno?
– Efectivamente lo que representa el municipio de Valparaíso es una experiencia concreta de gobierno, no sólo pensando en ser gobierno de Chile, sino que pensando en ocupar la institución para articular socialmente a nivel territorial, ahí la alcaldía ha estado al servicio de la ciudadanía porteña y logra hacer carne una democracia que va más allá de lo formal. Hoy pensar en la próxima elección no tiene mucho sentido, si bien nos deja la moral alta el buen resultado, tenemos un largo camino que recorrer, pero hoy hay que consolidar el trabajo en la Municipalidad de Valparaíso, proyectarlo, fortalecer el trabajo parlamentario y el territorial que se hace desde ahí, pero también fortalecer el proyecto político del Frente Amplio, lo que queremos construir para comenzar a disputarlo desde hoy.
– Hoy se discute cómo serán oposición y varios en la Nueva Mayoría buscan generar amistad con ustedes ¿Cómo ves este escenario?
– Hay al menos dos ejes. El primero es no olvidar cuál es la apuesta política del Frente Amplio, que es construir una alternativa política al modelo neoliberal. Lo que hemos visto hasta ahora de la Nueva Mayoría es que se ha consolidado como una fuerza alternativa a la administración del modelo. Ahora bien, un gobierno de derecha sabemos qué intereses representa y con quiénes llega al gobierno Piñera, ante esto es importante que seamos capaces de ser dialogantes con todos los sectores políticos, pero por sobre todo vamos a estar alerta por que no haya ningún paso atrás en las conquistas sociales del último tiempo. No vamos a apostar por decretar alianzas políticas sólo para sumar siglas sin contenido político. La posibilidad efectiva de romper con la lógica transicional es ser capaces de avanzar en una apuesta que convoque a sectores que no han sido convocados por la política.
– ¿Es tomar un riesgo acercarse a partidos que no tienen el mismo origen que ustedes? Lo planteo por la experiencia del Partido Comunista pactando con la Democracia Cristiana, donde estos últimos fueron la “cocina” en varios proyectos de importancia para la izquierda.
– La política siempre es un riesgo, en ningún caso da garantías. Lo importante es no sólo aprender de los procesos del Frente Amplio sino de los procesos de la Nueva Mayoría. Ellos enfrentaron un gobierno tras una alianza política donde los actores no compartían el proyecto ni el programa, eso los llevó a la crisis. Más que pensar en con quiénes la pregunta es en torno a qué. Como Frente Amplio nos interesa construir una alianza que busque ser una alternativa al modelo. En este sentido probablemente tendremos alianza a nivel estratégico para el largo plazo y otras de corto alcance que nos permitan avanzar en distintos objetivos. Pero es importante anteponer el ‘para qué’ antes de que el Frente Amplio se convierta en el salvavidas de un proyecto en crisis.
– Una pregunta odiosa ¿Por qué Revolución Democrática es partido y el Movimiento Autonomista no?
– Revolución Democrática tiene aproximadamente siete años de historia y el Movimiento Autonomista, siendo generosos, tiene casi dos años recién.
– ¿Tomando en cuenta cuando eran Izquierda Autónoma?
– Si se cuenta eso tenemos más años de vida, pero el proyecto autonomista ha ido construyendo su historia en torno a la lucha social principalmente, lo que nos permite hoy tener mayor presencia en espacios sociales, también en torno a un proyecto estratégico que sea más sustantivo, un proyecto político en el cual confluyamos tanto ideológica como políticamente a largo plazo. Nos hemos dado cuenta ahora que en la medida que queremos disputar el ámbito institucional, la idea de un aparato instrumental de un partido político es relevante, por tanto una discusión que como Movimiento Autonomista tenemos que dar es si es que vamos a apostar a un partido político desde el Movimiento Autonomista, algo más grande. Pero más importante es el proyecto político. Hoy estamos apostando a un proyecto de izquierda refundacional para el siglo XXI.
– Pero tienen que ser partido para no tener problemas con los cupos en el futuro.
– Pero ser partido no es sólo tener la herramienta institucional para disputar la batalla electoral, es también la estructura que te impone el Estado para administrar tu política. Esas son preguntas de fondo, en lo particular creo que es una pregunta interesante, por lo que de aquí al mediano plazo vamos a apostar por contar con una herramienta electoral propia, pero al mismo tiempo tenemos que dar las preguntas necesarias para construir una organización que no caiga en la lógica de los partidos tradicionales, esa es la idea de autonomía.