De las 10,3 millones de personas afiliadas al sistema de AFP en Chile, cerca de 3,2 millones tiene lagunas previsionales que superan los 12 meses y apenas uno de cada tres ha cotizado por más del 75 por ciento de su vida laboral.
En tanto, durante el último año las personas con ventanas que superan el año han aumentado en 154 mil 460 afiliados, lo que representa el mayor aumento desde el 2013. Esto se ha incrementado principalmente en los hombres, con un aumento de 6,7 por ciento, mientras que en las mujeres lo ha hecho en un 3,9 por ciento.
En términos generales, la cifra de afiliados con lagunas previsionales de al menos un mes aumentó al 46 por ciento. Para Patricio Guzmán, economista de la Coordinadora No+AFP, una de las causas detrás de estas cifras es que la estructura del mercado del trabajo en Chile hace que aumente, de forma continua, la precariedad e informalidad laboral.
“En cualquier mes, las estadísticas indican que existe el doble de afiliados que cotizantes, es decir, una gran cantidad de personas no tiene pagos previsionales regulares y eso, en un sistema de capitalización individual, tiene graves consecuencias en las pensiones”, sostuvo.
El experto comentó que, “el sistema que tenemos no sirve para dar buenas pensiones. El problema es que tú sabes cuáles son tus obligaciones, pero no sabes con seguridad lo que vas a recibir a cambio”.
“Las organizaciones de trabajadores independientes han dicho que ellos están a favor de cotizar, pero en un sistema en el que tengan seguridad de las pensiones que recibirán”, añadió.
El economista Andras Uthoff, ex integrante de la Comisión Bravo, explicó que esta situación perjudica de forma importante las pensiones que las personas reciben una vez que jubilan. Además, dijo que otra de las causas de las lagunas previsionales es la falta de credibilidad en el sistema, lo que hace que las personas que trabajan por cuenta propia no coticen aunque tengan la posibilidad de hacerlo.
“La gente ve cada vez más a sus padres y abuelos que cuando jubilan lo hacen con una miseria. Las personas se preguntan para qué participar en ese sistema. Esa credibilidad es la que afecta a quienes tiene la oportunidad de decidir si quieren o no cotizar”, afirmó.
Claudia Sanhueza, economista y académica de la Universidad Diego Portales, expresó que a la falta de confianza se suma la evasión de algunos empleadores que se atrasan o no pagan las imposiciones correspondientes.
“Esto es una muestra de que el sistema tiene un problema grave, que no responde a la realidad del país y, por lo tanto, deja en la pobreza a las personas cuando envejecen. No hay garantías de una dignidad en la vejez”, sostuvo.
Por otro lado, advirtió que a quienes tienen más bajos salarios no les conviene cotizar. Esto porque en promedio en Chile las personas cotizan 20 años de los 40 que trabajan. En ese sentido, dijo que si alguien impone por el sueldo mínimo terminará, de todas formas, con una pensión solidaria muy por debajo de su salario.
“Como política pública en tema previsional y seguridad social, tú necesitas credibilidad y confianza. Es una condición básica de existencia, porque regularmente se deben hacer ajustes, así lo muestra la evidencia. Entonces, si nadie confía en tu sistema, tienes un problema grave, ya que eso tiene que ver con los incentivos para contribuir en él. Acá no solo hay una desconfianza en la institución, sino que se trata de una desconfianza basada en hechos reales”, concluyó.
Son tres los proyectos que forman parte de la reforma previsional impulsada por el Gobierno: uno que contempla cambios en la regulación del sistema, otro que crea el Consejo de Ahorro Colectivo y un tercero que crea el Nuevo Ahorro Colectivo.
A este último se le extendió, recientemente, la urgencia. La iniciativa se está discutiendo en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados y busca elevar la tasa de cotización en cinco por ciento.