“En pocas semanas más yo culmino mi gestión. Confío que la presencia de Chile en América Central, el Caribe, y en Cuba, seguirá siendo una tónica”, expresó la mandataria durante su primera intervención pública en Cuba, en el marco de la inauguración del seminario Internacional Chile-Cuba: Comercio e Inversiones que se realizó en un hotel de la capital cubana.

En esa actividad, Bachelet relevó el rol de las relaciones comerciales entre ambos países, poniendo énfasis en su política de “convergencia en la diversidad” que busca acuerdos sin centrarse en las diferencias entre ambas economías. “Estamos muy contentos de desarrollar programas de cooperación con Cuba, y eso significa que en nuestra región se dieron pasos significativos en dirección correcta al desarrollo”, señaló la mandataria.

Asimismo, el ministro de Economía, Jorge Rodríguez Grossi, comentó el proceso de apertura que vive la isla: “se ha ido lentamente abriendo a la inversión extranjera. Nosotros esperamos que ese desarrollo se concrete mucho más, por lo tanto la presencia de Chile es sumamente importante”. También expresó su deseo que la cooperación entre ambos países entregue un balance positivo,  “en el futuro debería darnos frutos muy interesantes”, dijo.

Tras la polémica que ha generado este viaje y las críticas manifestadas por Mariana Aylwin, José Antonio, Kast, Felipe Kast y el presidente electo, Sebastián Piñera, el embajador chileno en Cuba, Ricardo Herrera, dijo a los medios que la invitación del presidente Raúl Castro se gestó hace más de siete meses y que se concretó ahora, solo por asuntos de agenda. “Bachelet viene a visitar Cuba, no a una persona en específico” recalcó el diplomático.

Esta mañana, Sebastián Piñera había criticado el viaje presidencial señalando que “si yo fuera Presidente y visitara Cuba sí me reuniría con la disidencia y con los cubanos que están luchando por recuperar su propia democracia, libertad y Estado de Derecho”. Un tono más confrontacional fue el que usó el senador electo por Evópoli, Felipe Kast, quien expresó que “sería una inmoralidad que la Presidenta no se reuniera con la disidencia cubana en este último viaje suyo como Mandataria”.

Por su parte, Mariana Aylwin se refirió a la visita de Bachelet a Cuba como algo que “sólo explica su ser más íntimo y dónde está su corazón, y eso se reflejó en este gobierno”. Recalcó que para ella resulta “incompatible estar en un lugar donde uno piensa tan distinto sobre el valor de la democracia, el valor de los derechos humanos, porque para nosotros los derechos humanos son inalienables en cualquier lugar, o participar de un conglomerado, de una alianza en la cual la Presidenta no es capaz de conversar con los disidentes cubanos”.

Se espera que la presidenta Bachelet se reúna con el presidente Raúl Castro a las 9 de la noche hora chilena, en lo que constituye la cita más importante de la agenda de la mandataria.