Dirigente FA: "Somos una oposición antineoliberal"

Iván Carrasco, secretario general del movimiento, restó dramatismo a la dificultad del conglomerado en materia de coordinación, destacó la necesidad de que el bloque se convierta en una fuerza de organización social y sostuvo que "los cambios no van a llegar del Congreso, sino que de la movilización social y popular".

Iván Carrasco, secretario general del movimiento, restó dramatismo a la dificultad del conglomerado en materia de coordinación, destacó la necesidad de que el bloque se convierta en una fuerza de organización social y sostuvo que "los cambios no van a llegar del Congreso, sino que de la movilización social y popular".

El verano suele relajar un poco los movimientos en política, pero en el caso del Frente Amplio no son días de mucho descanso, puesto que aprovechan el momento para retomar una tarea pendiente que tenían como conglomerado, que es la organización orgánica del bloque.

A los meses de nacer, cuando recién discutían sus primeros lineamientos, la coalición entró en la carrera electoral con todo, destinando todos los esfuerzos en levantar la candidatura a La Moneda de Beatriz Sánchez y la conformación de listas parlamentarias.

El sábado recién pasado la mesa nacional del bloque realizó una jornada de discusión en la cual, según una carta difundida por El Mercurio, se vislumbraron ciertas dificultades en materia de coordinación.

En conversación con nuestro medio, Iván Carrasco, secretario general del Partido Igualdad, restó dramatismo a la situación, señalando que es algo natural debido a que recién se están enfocando en organizarse estructuralmente. “Hoy los desafíos son más complejos”, explicó, tomando en cuenta el buen resultado del 19 de noviembre pasado en las urnas, pero sostuvo que pese a las diferencias internas que se perciben, estas no son de carácter político, asegurando que el Frente Amplio está decidido a ser una oposición antineoliberal que se construye desde la ciudadanía.

¿Cuáles son las principales diferencias?

En orden político estamos muy claros, en el encuentro del 20 de enero nos dimos cuenta que hay un acuerdo muy grande sobre ser una fuerza transformadora antineoliberal, distinta a la Nueva Mayoría. La diferencia es en la forma de organización, la importancia que se le da a los territorios en la elaboración de políticas del Frente Amplio, qué queremos mantener, qué queremos cambiar y agregar. Es la forma en cómo nos organizamos para definir nuestros lineamientos políticos. A fines de marzo deberíamos tener un marco de acuerdo básico que nos permita convocar al congreso y funcionar en la mesa nacional de manera más óptima.

¿Estas diferencias radican en los extremos del Frente Amplio? Ustedes por un lado y el Partido Liberal por otro.

No, en lo político estamos claros con el programa que se construyó de manera participativa y democrática, el que nos va a orientar en nuestro accionar político y parlamentario. En nuestro debate los extremos que se ven es que hay posiciones más cargadas a que el Frente Amplio es tan sólo un conglomerado de partidos versus una que plantea que además es un movimiento que organice a los ciudadanos en sus territorios, un escenario de organización, movilización y de lucha.

Existe el imaginario de que Revolución Democrática (RD) tiene mucho peso en el Frente Amplio, ¿preocupa que no concentre demasiado poder en la interna?

Quiero ser muy claro en que eso no se ha visto en la mesa nacional, no ha ocurrido ninguna imposición de ninguna fuerza política por su peso electoral. Una cosa distinta es lo que sucederá en la bancada parlamentaria donde RD tiene mayor número de congresistas, aquí es posible que el partido tenga más peso. Pero más allá de eso hay bastante coherencia en la bancada y si hubieran diferencias sustanciales definimos es que esto se resuelva en la mesa nacional. No debiera el peso de RD ser un obstáculo, ellos han manifestado esa voluntad.

Cuando habla de que el Frente Amplio sea un espacio de construcción social, debe ser uno de los pilares para el crecimiento del Partido Igualdad.

Nosotros pensamos que los cambios en Chile no van a llegar del Congreso, sino que de la movilización social y popular, como ya ha ocurrido. Recordemos que la movilización de los “pingüinos” en 2006 fue la que originó los cambios en la LOCE, también los universitarios en 2011. Creemos que la movilización social es fundamental para empujar los cambios, el Parlamento es un espacio burocrático y con mayoría de la derecha y la Nueva Mayoría, que para nosotros son los defensores del modelo, entonces el Congreso debe tener más un carácter de difusión, información y donde los parlamentarios aporten al desarrollo de la fuerza social en los territorios.

El contacto con la ciudadanía los conecta como alternativa política para los votantes, pero también deben ser oposición en el Congreso al gobierno de Sebastián Piñera. ¿Cómo cree que se expresará esto?

Hemos definido que somos una oposición antineoliberal, hay una oposición neoliberal que es la Nueva Mayoría. Con esto, nuestra postura es aportar en todos los cambios y transformaciones que le hagan bien a Chile. Lamentablemente, creo yo, el gobierno de Piñera no va a ingresar muchos proyectos en esta línea, más bien serán proyectos que quiten o frenen derechos, por tanto es probable que el Parlamento no será una taza de leche, sino que un espacio donde se van a debatir los dos grandes proyectos que hay en Chile, el neoliberal y el transformador, de justicia, igualdad y derechos sociales que representa el Frente Amplio.





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