Triunfo azul en la Libertadores: Con ganas de cambiar la historia

Con el triunfo, la Universidad de Chile suma su cuarta victoria en Brasil y se convierte en el club nacional con más “conquistas” en dicho país si se suman todas las competiciones a lo largo de la historia. Una pequeña satisfacción en el inicio de un extenso y difícil campeonato que ayuda para subir el ánimo y mantener la ilusión intacta.

Con el triunfo, la Universidad de Chile suma su cuarta victoria en Brasil y se convierte en el club nacional con más “conquistas” en dicho país si se suman todas las competiciones a lo largo de la historia. Una pequeña satisfacción en el inicio de un extenso y difícil campeonato que ayuda para subir el ánimo y mantener la ilusión intacta.

La “U” comenzó con el pie derecho su participación en la Copa Libertadores 2018. En un buen partido y con un inmenso derroche de esfuerzo superó merecidamente a Vasco da Gama en calidad de visita por un gol contra cero. Tres puntos que le permiten ubicarse en lo alto de la tabla y mirar, desde esa posición de comodidad, el camino que asoma tremendamente complicado.

El equipo azul volvió a mostrar solidez defensiva con el esquema de tres en el fondo (esta vez conformado por Rodrigo Echeverría, Christian Vílchez y el debut de Rafael Vaz) y con la ayuda del siempre sobresaliente Johnny Herrera en el arco. Desde esa solvencia defensiva supo coordinar y mover las diferentes líneas para mantener el equipo muy corto durante los noventa minutos. Esto permitió recuperar el balón lejos del campo propio y tener suficiente espacio para replegarse cuando los intentos del rival buscaban profundidad y velocidad. En la recuperación de la pelota y en el manejo de la misma, la labor de Felipe Seymour (quien tuvo la complicada labor de reemplazar a Lorenzo Reyes) y David Pizarro fue fundamental para mantener el orden defensivo y para generar con acierto y paciencia los espacios para atacar al rival.

Por otra parte, los laterales han tenido un partido destacado porque han cumplido en la faceta de marca y además se han sumado al ataque ampliando el terreno de juego y abriendo opciones ofensivas por los costados. Tanto Jean Beausejour como Matías Rodríguez vencieron en sus duelos personales y supieron aportar también al juego ofensivo del equipo. La liberación de responsabilidad en la marcación (aunque la tienen muy presente) ha elevado su juego individual y con ello, también, han favorecido el trabajo colectivo..

Arriba,  el colosal esfuerzo de Mauricio Pinilla, Yeferson Soteldo y Ángelo Araos metió en problemas a los brasileños y no los dejó jugar tranquilos desde el fondo. La presión ejercida para recuperar la pelota y estorbar siempre el comienzo del juego local, terminó complicando a la defensa de Vasco y anuló una faceta importante en la construcción de su fútbol. Incómodos en el transcurso de todo el partido terminaron fallando ante la insistencia visitante y permitieron, en un claro error de marcación, el gol de Araos que determinó el resultado final. Es cierto que faltó profundidad y asociación en ataque pero la presión constante y la convicción de buscar el partido también son apreciables.

Del rival es poco lo que podemos decir. Jugó, intentó, peleo y terminó derrotado sin respuestas frente a su público. Es cierto que el trabajo de la “U” fue muy bueno pero seguramente también hay responsabilidad del local en el trámite y resultado final. Vasco da Gama no impresionó ni con su juego colectivo ni con sus nombres propios y ha consumado una derrota dolorosa que lo deja en mala posición para intentar superar la fase de grupos.

Con el triunfo, la Universidad de Chile suma su cuarta victoria en Brasil y se convierte en el club nacional con más “conquistas” en dicho país si se suman todas las competiciones a lo largo de la historia. Una pequeña satisfacción en el inicio de un extenso y difícil campeonato que ayuda para subir el ánimo y mantener la ilusión intacta.

Previo al partido los jugadores y el cuerpo técnico hablaron de la importancia de mostrar carácter y personalidad en las competencias internacionales. Dijeron que sumado al buen fútbol debían mostrar otros atributos que les permitieran equiparar las diferencias económicas frente a sus contrincantes. Por eso el debut era importante y la U cumplió con creces. Claro que debe seguir luchando y mejorando pero usando estas herramientas, el futuro se mira con mayor optimismo. Los azules demostraron grandes deseos de ganar, buen juego asociado y una entrega tremenda. Si había certeza de que las últimas participaciones de clubes nacionales fueron vergonzosas y mediocres, anoche en Rio de Janeiro, la “U” y sus jugadores demostraron que tienen muchas ganas de cambiar esa historia. El primer paso ya está hecho.





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