El embajador británico en Rusia, Laurie Bristow, fue citado este sábado ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país donde se le comunicó la decisión de expulsar a 23 miembros del cuerpo diplomático del Reino Unido.
A la vez, Moscú canceló el permiso de apertura del Consulado General británico en San Petersburgo. “Se declaran personas no gratas y se expulsa en el plazo de una semana a 23 diplomáticos de la embajada del Reino Unido en Moscú”, señala el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. A tenor de la disparidad en el número de consulados de los dos países, Rusia retira su beneplácito para la apertura y funcionamiento del Consulado General del Reino Unido en San Petersburgo” agrega la comunicación oficial.
En ese mismo sentido, se suspendió el funcionamiento en territorio ruso del British Council (Consejo Británico),organismo dedicado a la difusión de la lengua y la cultura inglesa en el extranjero. “La parte británica ha sido advertida de que en caso de que se sigan tomando pasos poco amistosos en relación a Rusia, la parte rusa se reserva el derecho de adoptar otras medidas de respuesta”, concluye el documento emitido por la cancillería rusa.
Los diplomáticos deben dejar el país de Europa Oriental dentro del plazo de una semana. Según declaró el embajador Laurie Bristow a la cadena de televisión BBC, el gobierno británico preveía una respuesta de este tipo, por lo que el Consejo de Seguridad Nacional se reunirá la próxima semana para analizar los siguientes pasos en esta contienda. Agregó que ” la respuesta rusa no cambia los hechos: El intento de asesinato de dos personas en suelo británico, para el que no existe otra conclusión posible que el Estado ruso es el culpable”.
El ex espía ruso Sergei Skripal (66 años) y su hija Yulia Skripal (33) se mantienen en estado crítico en un hospital luego de haber sido encontrados inconscientes en una banca de un parque en la ciudad de Salisbury, al sur de Inglaterra.
El gobierno británico afirmó que fueron envenenados con un agente nervioso de fabricación rusa llamado Novichok. La primera ministro, Theresa May declaró que ella cree que Moscú tiene responsabilidad por este hecho.
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