Este mes de abril será mes de fútbol femenino en nuestro país. Chile albergará por primera vez una Copa América de fútbol femenino adulto en medio de un auge de esta actividad con deportistas que emigran al extranjero y figuras que comienzan a adquirir notoriedad mediática.
Pero estas semanas corren el riesgo de convertirse en un oasis en el desierto, dado que la actividad en Chile permanece sumida en la precariedad y en medio de prejuicios y mitos que todavía no logran ser derribados pese a las múltiples iniciativas que existen al respecto.
Entre la profesionalización y el amateurismo
Actualmente el fútbol femenino chileno cuenta con una competencia formal. Pero a pesar de estar amparada por la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, ANFP, la actividad se mantiene en el amateurismo, las jugadoras no reciben remuneraciones y al no ser una competencia televisada, los ingresos por concepto de publicidad son prácticamente inexistentes.
Pese a esta realidad el fútbol femenino chileno se las ha ingeniado para lograr exportar a un buen número de deportistas. Hoy son poco más de una decena las futbolistas que militan en clubes del extranjero en países como España, Estados Unidos, Australia o Francia, siendo el caso más destacado el de la arquera, Christiane Endler quien milita en el Paris Saint Germain luego de un exitoso paso por España.
La propia portera y capitana de la selección chilena de fútbol se refirió a las diferencias que existen entre la realidad europea y nacional “es muy grato estar en una liga tan competitiva y profesional, pero también exige responsabilidad y dedicación. Fue una adaptación difícil al principio. Me costó empezar a jugar, pero ahora me siento muy bien. Aquí no hay margen de error. Si fallas te toca ir a la banca. Pero es una linda responsabilidad que me ha hecho mejorar mucho como jugadora”.
Asimismo criticó lo relegada que está la actividad en Chile, “no es fácil salir de un país como Chile, en donde el fútbol femenino no se le da la importancia que se merece. Todo ha sido sobre la base del trabajo y la constancia”.
Las palabras de Endler cobran razón en el sentido de la invisibilización que constantemente sufre el fútbol femenino por parte de los medios de comunicación e incluso por parte de los propios clubes que poseen planteles de mujeres. Los amistosos de la selección nacional no han sido televisados, no se exhiben ni siquiera los resúmenes de los partidos de la competencia nacional en la TV abierta y en radio y prensa escrita las menciones son muy menores.
Es tal la despreocupación que la final del campeonato pasado, se programó el mismo día y a la misma hora de la final de la UEFA Champions League, como era de esperarse, nadie cubrió dicho partido.
Ante este escenario es muy difícil poder mantener clubes que sigan en la competencia. Esto afecta en la competitividad lo que se ve reflejado en el hecho de que de los 17 torneos que se han disputado desde el año 2008, 13 han sido para el mismo club, Colo Colo, institución que se ha caracterizado por la inversión que ha realizado para mantener un plantel competitivo.
Pero Colo Colo es una excepción, en muchos de los casos son las propias jugadoras las encargadas de costear la implementación, los viajes para competir y lo más grave, al no contar con seguros de salud, en caso de lesiones son ellas las que se tienen que pagar los gastos médicos, los que en muchos casos son bastante altos.
El ejemplo europeo
En Europa, el fútbol femenino ha dado grandes pasos. Los clubes son profesionales, cuentan con auspicios, regulación de sueldos y los partidos se transmiten en vivo. Estos países han desarrollado esta disciplina gracias a un extenso aporte de sus respectivas federaciones y ciertas regulaciones de la confederación europea.
Alemania ha sido el país con más avances, lo que se refleja con siete copas europeas y dos copas mundiales. Estados Unidos y Japón también han logrado grandes avances, logrando llegar ambos países a las últimas dos finales de mundiales realizadas, ganando una cada uno.
Por otra parte, en Latinoamérica, México, Colombia y Venezuela ya tienen ligas profesionales de fútbol femenino instauradas el último año, con sus primeros campeonatos disputándose este año.
Un gesto favorable se ha producido de parte de la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de Fútbol), la cual exige que los clubes participantes en competencias internacionales, a partir del 2019, deberán “tener un primer equipo femenino o asociarse a un club que posea el mismo”.
Con esto, los equipos tendrán que “proveer de soporte técnico y todo el equipamiento e infraestructura (campo de juego para la disputa de partidos y de entrenamiento) necesarias para el desarrollo de ambos equipos en condiciones adecuadas”. Sin embargo, esto todavía no asegura una profesionalización del deporte, dejando fuera contratos, pagos de sueldos y seguros de salud.
La Copa América como trampolín
Dentro de todo, la organización de la Copa América Femenina aparece como la gran plataforma a utilizar para sacar la actividad del amateurismo. Por lo menos las intenciones están, así lo declaró el presidente de la ANFP Arturo Salah, “hemos recuperado a una selección que no tenía actividad hace más de dos años, donde se empezó a trabajar intensamente y esperamos que nos entregue una linda satisfacción. Queremos potenciar el fútbol femenino y esto es una prueba de ello, cosa que nos enorgullece y esperamos que sea un campeonato excelente”.
Salah agrega que “este grupo ha logrado cosas bien importantes. Por primera vez en la historia hay muchas jugadoras que están fuera del país y en las mejores ligas del mundo, lo cual nos ayuda a potenciar el resto de las chicas para los objetivos que vienen. Todo esto nos hace mirar el futuro con mucha satisfacción, aparte de conocer la importancia de conocer de vestir la camiseta de la selección”.
Iona Rothfeld en tanto, presidenta de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino, recalcó que hay que evitar los errores del pasado “Esperamos que no ocurra lo que ocurrió en 2008 con el mundial Sub 20 donde se proyectaba un crecimiento y no ocurrió nada, ahora queremos asegurar que los avances se mantengan en el tiempo y ojalá profesionalizar el fútbol femenino”.