El ataque de Estados Unidos y sus aliados a Siria representa una de las mayores acciones bélicas por parte de la potencia mundial en los últimos años. Por eso las repercusiones se expanden geográficamente y a través del tiempo.
Más allá de la extrema decisión de presidente estadounidense, Donald Trump, los misiles lanzados a “puntos focalizados” del territorio sirio obedecen a un contexto internacional inestable y cambiante que es necesario analizar para tratar de comprender el porqué de tal acción.
Para esto, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con Fernando Estenssoro, analista internacional y director del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, quien indicó que el ataque fue un mensaje de Estados Unidos a la Federación de Rusia.
“Rusia se ha transformado en una potencia regional y entonces hemos vuelto a una situación muy similar a los tiempos de la Guerra Fría, en donde la posibilidad de un enfrentamiento directo entre tropas rusas y tropas estadounidenses podrían desencadenar un conflicto de escala global. Yo creo que lo que está tratando de hacer Estados Unidos y sus aliados es una demostración de fuerza, en ese sentido –y aunque parezca duro- Siria es casi una excusa”.
“En ese sentido el bombardeo fue más un mensaje a Rusia e Irán que al gobierno de Bashar al-Ásad”, continuó el académico.
Sobre la calificación de “ataques controlados” que le ha dado Donald Trump al bombardeo, Estenssoro cree que esto es muy relativo, ya que para él no se trata de un problema técnico, sino que el problema radica en la decisión de atacar, pues se sabe cuando un conflicto empieza, pero no cuando termina.
“Estados Unidos está diciendo misión cumplida desde que invadió Irak en el año 2003, y todavía no puede salir de allí, el conflicto sigue y no termina.”, indicó.
El analista cree que toda esta situación se da en un contexto en el que Estados Unidos ha comenzado a perder su hegemonía mundial, surgiendo otras potencias, como la misma Rusia, entre otras.
“El poder indiscutido de Estados Unidos está declinando. Esto hace que comiencen a aparecer potencias regionales que comienzan a desafiar ese poder hegemónico e indiscutido que tuvo Estados Unidos en algún minuto. Este desorden que tiene lugar en el mundo hay que analizarlo desde este proceso”, afirmó.
Visto así, esta demostración también acusa la debilidad de la potencia norteamericana, “porque el gran arquitecto y cuidador del orden post Segunda Guerra Mundial, ha comenzado a decaer”.
Por eso también es que la nación norteamericana se saltó todo marco legal internacional, e incluso el interno, pues la decisión de atacar pasaba por el Congreso, instancia que Donald Trump no respetó.
El ataque de Estados Unidos a Rusia se realizó la madrugada del sábado y fue motivado por el supuesto ataque con armas químicas que realizara el gobierno sirio a los llamados “rebeldes”, ataque que las autoridades locales han negado rotundamente acusando un montaje de occidente. Ni de un lado ni del otro hay pruebas –al menos públicas- al respecto.
“En Siria han sucedido cosas demasiado raras como para poder “comprarse” la versión de uno u otro bando de manera inocente. Al respecto no hay que olvidar que Estados Unidos invadió Irak bajo la excusa de que habían armas de destrucción masiva, lo que después se supo que era un invento, ¿por qué ahora no pudiera ser una acción similar?, se cuestionó el académico.
Sobre lo mismo, este lunes el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Bahram Qassemi, dijo que Washington emplea estas mentiras para alcanzar los objetivos de su política expansionista, y que es muy probable que esta no haya sido la excepción, es más, indicó que hay muchas posibilidades de que esta conducta vuelva a repetirse en pos de los intereses norteamericanos.
Por su parte, Rusia confirmó que este miércoles los investigadores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), ingresarán a Duma para que realicen sus labores, atrasadas producto del ataque estadounidense.
Y podría haber otro, pues el mandatario norteamericano dijo que su país estaba preparado para atacar otra vez, en caso de que Siria volviera a ocupar armas químicas.