Gustavo “Caluga” Escobar no es un nombre reconocible para el público masivo, pero es muy probable que el sonido de su trompeta sí haya estado en los oídos de miles y miles de personas.
Nacido en 1987 en Quintero, ha tocado con una infinidad de músicos: Manuel García, Leo Rey, La Noche, Noche de Brujas, Cecilia, Zalo Reyes, Joe Vasconcellos, Palmenia Pizarro, Inti Illimani, Santaferia o Germaín de la Fuente, por nombrar solo a algunos de los chilenos.
La lista internacional también es larga. Ha tocado, por ejemplo, con Charly Zaa, Los Tigres del Norte, Cristian Castro, Wisin, Luis Fonsi y Ricky Martin. Con este último, justamente, ganó notoriedad y titulares del tipo “el músico chileno que acompaña a Ricky Martin”.
“Yo me crié con mucho folclor. Cuando era chico, en el año 89, era muy potente la música de Los Jaivas, de Inti Illimani, de Illapu. Me crié con eso”, relató en el programa Mestiza Cultura, que en la noche del miércoles realizó un concierto en la Sala Master de Radio Universidad de Chile.
En la ocasión, “Caluga” Escobar presentó a Los Piratas del Puerto, con quienes prepara un disco donde explora la música instrumental y el latin jazz, pero también los arreglos para composiciones de Violeta Parra y Víctor Jara, por ejemplo.
Además de debutar junto a su grupo, habló de sus inicios, cuando comenzó a tocar en la banda de su colegio: “La trompeta llegó de suerte. Me encantaba la música y lo único que quería era ser parte de la banda instrumental, porque era el súper taller del colegio, quería ser bacán. Me daba lo mismo el instrumento”, dijo.
Habiendo probado la flauta y la quena, dijo entonces que quería tocar clarinete, pero el puesto estaba ocupado. Apuntó el saxofón y obtuvo la misma respuesta. “Entonces le pregunté al cura qué había y me dijo que tenía una trompeta, hecha en Checoslovaquia. Imagínate, tenía como 200 años, pero desde ese día se transformó en mi compañera. Como no tenía Súper Nintendo, no tenía ningún distractor, se transformó en una extensión mía y anduvo conmigo para arriba y para abajo”, explicó.
A los 18 años, “Caluga” Escobar partió a España para tocar con la Orquesta Anaconda y comenzó una labor como músico de sesión que no se ha interrumpido hasta hoy: “ Yo me propuse ser sesionista y tocar con cuanto músico hubiera, fue algo que siempre supe. La ventaja es compartir distintos escenarios y tocar con varios artistas, no solo con uno. Siempre me llamó la atención la música, entonces necesitaba nutrirme y tocar rock, tocar en La Piojera y tocar en el Sheraton”.
¿Cómo es tocar con Ricky Martin? “Me sometí a un trabajo al que nunca me vi sometido en Chile”, resumió “Caluga” Escobar sobre un recorrido que lo ha tenido en el Madison Square Garden de Nueva York o en el Dubai Jazz Fest, por ejemplo. “Han sido cuatro años, hice una gira mundial y estuve como en 60 países, creo”.
Para graficarlo, contó cómo fue su llegada al grupo del cantante puertorriqueño: “Me preguntaron si tenía tiempo para ir a probarme a México y en realidad era una gira. Entre los ensayos y las tocatas iban a decidir si me quedaba con el puesto. Aterricé a las dos de la mañana en Ciudad de México, una ciudad caótica, así que llegué al hotel a las cuatro y me faltaba escribir un tema, entonces me acosté a las seis. Tenía ensayo a las ocho de la mañana y yo pensaba que íbamos a ensayar unas tres o cuatro horas… ¡y ese ensayo duró 15 horas!”, contó.
“A ese ritmo de trabajo me tuve que someter todos los días, ensayar entre 12 y 15 horas diarias, pero no todos los días te llama Ricky Martin para que seas parte de su staff. Y la cantidad de temas que tiene este artista, tocamos canciones que yo escuchaba cuando tenía cinco años”, concluyó.