África reclama a Europa la restitución de sus tesoros robados

Aunque según la etiqueta los tres tótems que se exponen en el museo Quai Branly de París son una "donación", su país de origen, Benín, pide la restitución de lo que considera un tesoro robado durante la época colonial.
  • RFI
  • 27-05-2018

Aunque según la etiqueta los tres tótems que se exponen en el museo Quai Branly de París son una "donación", su país de origen, Benín, pide la restitución de lo que considera un tesoro robado durante la época colonial.

“Estatuas del reino de Dahomey, donación del general Dodds”. Esa es la inscripción de la etiqueta que describe estos tótems medio humanos, medio animales.

No obstante,  en realidad estas imponentes estatuas fueron robadas en 1892 por las tropas francesas del general Alfred Amédée Dodds durante el saqueo del palacio de Abomey, la capital histórica del actual Benín.

Según Benín, en Francia hay entre 4 mil 500 y 6 mil objetos que pertenecen al país, incluyendo tronos, puertas de madera grabada o cetros reales.

En aquella época, militares, antropólogos, etnógrafos y misioneros que recorrían los países conquistados volvían a casa con recuerdos a menudo comprados o intercambiados en trueque, y otras veces robados.

Incluso, el ex ministro francés de Cultura André Malraux fue condenado en los años 1920 en Camboya por haber intentado arrancar los bajorrelieves de un templo jemer.

La controversia no es nueva y no concierne únicamente a África. Grecia lleva décadas reclamándole a Reino Unido la restitución de los frisos del Partenón, pero el continente negro se ha visto especialmente afectado.

“África padeció una hemorragia de su patrimonio durante la colonización e incluso después, con el tráfico ilícito”, lamenta El Hadji Malick Ndiaye, conservador del museo de arte africano de Dakar.

Más del 90 por ciento de las piezas importantes de África subsahariana se encuentran fuera del continente, según los expertos. Por su parte, la Unesco apoya desde hace más de 40 años la lucha de esos países para que les restituyan sus bienes culturales desparecidos durante la época colonial.

Para Crusoe Osagie, portavoz del gobernador del estado de Edo, en Nigeria, no es normal que sus hijos tengan que irse al extranjero para admirar el patrimonio de su país. “Esos objetos nos pertenecen y nos los quitaron por la fuerza”, subraya.

Igual que Benín, cuya petición de restitución fue rechazada por Francia en 2016, otros países africanos han recibido negativas.

Ha habido, sin embargo, algunas excepciones, como en 2003, cuando el museo etnológico de Berlín devolvió una preciosa estatua de un pájaro a Zimbabue, una ex colonia británica.

Los dirigentes africanos esperan ahora un cambio de actitud de Francia, después de que el presidente Emmanuel Macron dijera en noviembre en Burkina Faso que pondrá en marcha “las condiciones para una devolución del patrimonio africano a África” en un plazo de cinco años.

Una “ruptura histórica”, según el ministro camerunés de Cultura, Narcisse Mouelle Kombi. Su país, colonizado sucesivamente por Alemania, Francia y Gran Bretaña, “es uno de los principales interesados”, afirma.

“Macron se comprometió con los africanos a cambiar lo que han sido las cinco últimas décadas de la política de nuestros museos: encontrar las artimañas jurídicas necesarias para evitar devolver” las piezas, observa el historiador Pascal Blanchard, especialista en la época colonial.

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