Trump respalda a Kavanaugh mientras mantiene su discurso de patriotismo

Una hasta ahora desconocida profesora universitaria apunta a Brett Kavanaugh por haberla agredido sexualmente hace tres décadas. El abogado es el candidato de Trump para integrar el Tribunal Supremo, pero su nominación está en serio riesgo y podría afectar la elección de medio término del Congreso.

Una hasta ahora desconocida profesora universitaria apunta a Brett Kavanaugh por haberla agredido sexualmente hace tres décadas. El abogado es el candidato de Trump para integrar el Tribunal Supremo, pero su nominación está en serio riesgo y podría afectar la elección de medio término del Congreso.

Entre el Capitolio y la sede de la ONU. Estos días han sido movidos en los Estados Unidos y en especial para el Presidente Donald Trump. Ayer su atención se concentró en lo que ocurría en el Senado donde fue a dar su testimonio Christine Blasey Ford, una profesora universitaria hasta hace poco desconocida, pero que desde hace algunas semanas tiene en el borde del precipicio al juez Brett Kavanaugh a quien el mandatario quiere colocar en el Tribunal Supremo, el máximo ente judicial de la nación.

Consultada por los miembros del Comité de Asuntos Judiciales sobre la seguridad que tenía del ataque que habría sufrido a manos del abogado, Blasey sostuvo invariablemente la misma respuesta: “inequívocamente, ciento por ciento”.

En su testimonio, la mujer señala que Kavanaugh estaba borracho ese día de verano de hace tres décadas cuando la lanzó sobre una cama, le quiso rasgar sus ropas mientras le tapaba la boca con una mano. “Creí que iba a violarme”, precisó la académica, para luego agregar que “fue difícil para mí respirar y creí que Brett me iba a matar accidentalmente”.

El juez rechazó ante la misma instancia los dichos de la mujer, aunque hay otros dos testimonios que señalan situaciones similares y complican la nominación de Kavanaugh.

Trump espera que el nombramiento esté resuelto antes del mes de noviembre cuando los norteamericanos deban votar para renovar la mitad de la Cámara de Representantes y el Senado y se vea la forma en que quedará compuesto el Congreso en la segunda mitad de mandato del empresario.

Esta situación se mezcla mientras en Nueva York el Presidente estadounidense despliega todos sus fuegos para presionar a las diferentes instancias de las Naciones Unidas, incluyendo el Consejo de Seguridad.

El jefe del Departamento de Estado, Mike Pompeo, sostuvo ayer que las naciones integrantes de la entidad no pueden pasar por encima de las resoluciones que buscan sancionar a Corea del Norte para que ponga fin a su programa nuclear. El emplazamiento fue contestado por el canciller ruso, Sergei Lavrov, y su par chino, Wang Yi, quienes consideraron como inapropiado e inoportuno continuar con el régimen de sanciones mientras se verifica el desmantelamiento de centros de prueba y otras medidas por parte de las autoridades de Pyongyang.

Entre tanto, el propio Donald Trump lanzó una vez más su paradigma de lo que es su administración donde se privilegia el “patriotismo” por sobre lo “multilateral”, algo que ya demostró con su salida de acuerdos que incluyen a varias naciones, como el TPP, así como la revisión de tratados comerciales como el que incluye a Canadá y México, y el retiro de su país de instancias de la ONU como el Consejo de Derechos Humanos, el cual considera que ampara a quienes violan sistemáticamente derechos fundamentales en el mundo.

Pero tal vez la retórica más dura de Trump fue contra Venezuela, donde dijo los militares podían derrocar fácilmente al gobierno de Nicolás Maduro “si es que ellos lo quisieran”. Y tal como se ha visto en varias situaciones donde primero plantea una idea y luego sostiene otra, el mandatario señaló luego de una entrevista con el Presidente de Colombia, Iván Duque, que no contemplaba una intervención norteamericana en Venezuela, aunque, al día siguiente, puntualizaba que no descartaba ninguna opción “incluyendo las más fuertes”, subrayó.

En ese marco, Donald Trump se reunirá este jueves con el Presidente de Chile, Sebastián Piñera. Si bien ambos comparten varias cosas –como por ejemplo que los dos son dueños de importantes fortunas y están en el ranking de la Revista Forbes de los más acaudalados del mundo-, aún plantean posiciones distintas sobre Venezuela, ya que el mandatario chileno indica que se deben agotar los mecanismos internacionales para revertir la actual situación del país sudamericano.

De todas maneras los dos, Trump y Piñera, impulsan la caída de la administración del Presidente Nicolás Maduro. En eso nuevamente han demostrado sus coincidencias.





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