Un plan de shock que fija una banda de estabilidad del precio del dólar y otras medidas es la que establece la nueva política monetaria dada a conocer por el Banco Central de Argentina.
El objetivo es dejar el precio de la divisa entre los 34 y los 44 pesos, evitando así un desajuste como el registrado semanas atrás con un alza significativa de la tasa de interés y con un salto significativo del precio de la moneda norteamericana que terminó con la salida del ahora ex presidente del instituto emisor trasandino, Luis Caputo.
Pero las medidas adoptadas por el nuevo jefe de la entidad, Guido Sandleris, chocaron con la realidad este lunes cuando fueron puestas en práctica.
En entrevista con medios argentinos durante el fin de semana, el economista doctorado por la Universidad de Columbia (EE.UU.), explicaba que las bandas cambiaras apuntan a controlar el valor de la moneda estadounidense, generando automáticamente decisiones del Banco Central para comprar dólares o pesos, según sea la necesidad que tenga el mercado para mantener su precio.
Sandleris reconoce un periodo de ajuste y de transición, además de adelantar que si bien el interés de las autoridades es tener una inflación cercana al cero por ciento, la situación es compleja y deberá ser evaluada en los próximos meses para ver una mejoría recién en 2019.
“Ni loco compraría dólares en este momento”, comentó a los medios el jefe del Banco Central para desincentivar un previsible aumento de la demanda de la divisa estadounidense al prever que se registrara un incremento que finalmente no se verificó.
Y es que si bien la semana recién pasada el precio del dólar cerró en 41,88 pesos, este lunes su precio anotó una baja quedando en 40,75, aunque convalidando tasas de interés consideradas como “exorbitantes” y con el auxilio del Banco Nación que vendió billetes norteamericanos que permitieron la disminución.
Si bien en una entrevista con el diario La Nación de Argentina Sandliers sostuvo que la amplitud de la banda busca darle “juego” al valor del dólar, los inversionistas se ven tentados a acercarse al techo para de esa forma presionar al ajuste hecho por el Gobierno de Mauricio Macri junto al Fondo Monetario Internacional en su plan que permitió el acuerdo que permitirá un nuevo préstamo a la nación sudamericana.