La decisión de la Corte Internacional de Justicia que rechazó la demanda marítima boliviana contra Chile provocó un debilitamiento de la imagen del Presidente Evo Morales.
Inmediatamente después del fallo, la táctica de sus adversarios políticos fue arreciar las críticas que llegaron a que este miércoles se registraran manifestaciones en nueve ciudades contra del mandatario que pretende repostular a un nuevo periodo al frente del Gobierno.
Uno de los que salió a las calles a rechazar una nueva candidatura de Morales fue el ex presidente Carlos Mesa quien en 2005 renunció a la máxima magistratura a raíz de una extensa huelga general de los trabajadores bolivianos provocada por la reforma a la Ley de Hidrocarburos realizada por el Parlamento donde no contaba con aliados políticos.
En una movilización en La Paz, Mesa sostuvo que Morales debe “escuchar y entender el mensaje de la ciudadanía que le pide respeto a los resultados del referendo del 21 de Febrero y que no puede repostular”.
Mesa agregó que “en todos los puntos más importantes del país se ha reunido la ciudadanía para pedirle al Presidente que entienda que no puede darle la espalda al pueblo. Él dijo que iba a gobernar escuchando al pueblo y en este caso ha cerrado los oídos y esto no se puede admitir”.
Incluso ya en días pasados había sostenido que debe ser el Tribunal Supremo Electoral el que ratifique la imposibilidad de que Evo Morales pueda postular una vez más a la Presidencia de la República.
Carlos Mesa argumenta su candidatura presidencial para la elección del 2019 por el Frente Revolucionario de Izquierda, agrupación política con 40 años de trayectoria en Bolivia y que tiene su bolsón electoral en el Departamento de Tarija, en lo que denomina “la defensa del 21 F”, es decir apuntando al referéndum de 2016 donde los bolivianos rechazaron la posibilidad de reelección de Morales.
De esta forma Mesa busca capitalizar a un sector del electorado que sin Evo Morales en la papeleta deberá aspirar a encontrar sus afinidades en otros candidatos.
Pero el actual Presidente está decidido a no cejar en su idea de avanzar en una nueva candidatura por el Movimiento Amplio Social, en una carrera política que comenzó como dirigente de los campesinos cocaleros y luego como diputado.
Ya en junio en un acto en Cochabamba, Morales sostuvo que defender el 21 de febrero “es defender la mentira, una vergüenza; defender 21 de febrero es defender a la derecha, esa derecha vende patria; defender 21 de febrero es decir que vuelvan los neoliberales nuevamente, entreguen nuestros recursos naturales a las transnacionales petroleras”, afirmó.
En las movilizaciones de este miércoles, organizaciones sociales, políticas y sindicales como la Central Obrera de Bolivia, también marcharon para respaldar a Morales y conmemorar los 36 años del fin de la dictadura en el denominado “Día de la Democracia”.
La columna se movilizó desde la localidad de El Alto, vecina a La Paz, y transcurrió con el propio Evo Morales a la cabeza quien marchó acompañado de dirigentes sindicales que portaban la bandera de la COB.
En el acto realizado posteriormente en la céntrica plaza San Francisco en el centro de La Paz, el secretario ejecutivo de la entidad obrera, Juan Carlos Huarachi, indicó que “esta concentración garantiza el proceso de cambio, garantiza la repostulación de nuestro presidente y desde aquí hay que decirle a quienes quieren volver, que no van a volver jamás”, en referencia a la derecha opositora.
Durante los gobiernos de Evo Morales desde 2005 a la fecha, Bolivia nacionalizó las principales fuentes de recursos naturales como los hidrocarburos y ha mantenido una sostenida disminución de la pobreza extrema pasando del 36,7 por ciento a un 16,8 desde que asumió en Palacio Quemado hasta 2015.
El tránsito hacia la candidatura presidencial contempla un encuentro nacional del MAS donde se espera sea proclamado por sus bases para luego participar en el proceso que se registrará en 2019.