La candidatura de Calgary para organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 se encuentra en riesgo, luego de la victoria del “No” en un referendo organizado el martes para consultar a la población de esa ciudad canadiense.
Según datos preliminares publicados por la ciudad dos horas después del cierre de las urnas, el 56,4% de los votantes se inclinó por el “No” en la votación mientras que el 43,6% lo hizo por el “Sí”.
Los resultados oficiales serán publicados el viernes, según las autoridades locales.
Con una participación importante, de 304.774 votantes sobre 767.000 posibles, los residentes de la ciudad enviaron un mensaje fuerte: 30 años después de acoger los Juegos Olímpicos de Invierno no quieren que vuelva la llama olímpica.
El consejo municipal de Calgary, que debe hacer un pronunciamiento final -en principio para el comienzo de la próxima semana- sobre si abandona o insiste en la candidatura, difícilmente pueda hacer algo distinto a tirar la toalla.
Antes del referendo, la provincia de Alberta, que debe cofinanciar el proyecto, había advertido que en caso de victoria del “No” retiraría su apoyo a la candidatura.
Partidarios y opositores de la candidatura hicieron campaña hasta último momento para la consulta, cuyo resultado se había anunciado como muy incierto.
Acuerdo de último minuto
Los argumentos de los partidarios del “No”, que tuvieron una campaña muy activa en las redes sociales, convencieron a la mayoría de los 1,23 millones de habitantes de esta ciudad marcada por la caída de los precios del petróleo, del que depende su economía.
Principalmente adujeron que los elevados gastos que entrañaría la cita se traducirían en un aumento de los impuestos locales, argumento que ya contribuyó a la caída de las candidaturas de otras dos ciudades (una suiza y una austríaca) para los mismos Juegos Olímpicos.
Tampoco ayudaron los desacuerdos en el seno del consejo municipal y el complicado acuerdo de último minuto que fue alcanzado a fines de octubre con el gobierno de Alberta para el financiamiento del proyecto.
Calgary ya albergó la cita máxima de invierno en 1988 y dispone de las infraestructuras necesarias para volver a acoger el evento pero éstas necesitan de obras, que costarían unos 3.730 millones de dólares, la mitad de ellos financiados por fondos públicos.
Pese a los aportes del gobierno canadiense y la provincia de Alberta, más los del Comité Olímpico Internacional (COI) -en caso de victoria- Calgary tendría que asumir costos por unos 300 millones de dólares.
El abandono probable de Calgary sería una mala noticia para el COI, que solo se quedaría con Milán y Estocolmo como candidatas para albergar los juegos.
La candidatura de Calgary para organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 se encuentra en riesgo, luego de la victoria del “No” en un referendo organizado el martes para consultar a la población de esa ciudad canadiense.
Según datos preliminares publicados por la ciudad dos horas después del cierre de las urnas, el 56,4% de los votantes se inclinó por el “No” en la votación mientras que el 43,6% lo hizo por el “Sí”.
Los resultados oficiales serán publicados el viernes, según las autoridades locales.
Con una participación importante, de 304.774 votantes sobre 767.000 posibles, los residentes de la ciudad enviaron un mensaje fuerte: 30 años después de acoger los Juegos Olímpicos de Invierno no quieren que vuelva la llama olímpica.
El consejo municipal de Calgary, que debe hacer un pronunciamiento final -en principio para el comienzo de la próxima semana- sobre si abandona o insiste en la candidatura, difícilmente pueda hacer algo distinto a tirar la toalla.
Antes del referendo, la provincia de Alberta, que debe cofinanciar el proyecto, había advertido que en caso de victoria del “No” retiraría su apoyo a la candidatura.
Partidarios y opositores de la candidatura hicieron campaña hasta último momento para la consulta, cuyo resultado se había anunciado como muy incierto.
Acuerdo de último minuto
Los argumentos de los partidarios del “No”, que tuvieron una campaña muy activa en las redes sociales, convencieron a la mayoría de los 1,23 millones de habitantes de esta ciudad marcada por la caída de los precios del petróleo, del que depende su economía.
Principalmente adujeron que los elevados gastos que entrañaría la cita se traducirían en un aumento de los impuestos locales, argumento que ya contribuyó a la caída de las candidaturas de otras dos ciudades (una suiza y una austríaca) para los mismos Juegos Olímpicos.
Tampoco ayudaron los desacuerdos en el seno del consejo municipal y el complicado acuerdo de último minuto que fue alcanzado a fines de octubre con el gobierno de Alberta para el financiamiento del proyecto.
Calgary ya albergó la cita máxima de invierno en 1988 y dispone de las infraestructuras necesarias para volver a acoger el evento pero éstas necesitan de obras, que costarían unos 3.730 millones de dólares, la mitad de ellos financiados por fondos públicos.
Pese a los aportes del gobierno canadiense y la provincia de Alberta, más los del Comité Olímpico Internacional (COI) -en caso de victoria- Calgary tendría que asumir costos por unos 300 millones de dólares.
El abandono probable de Calgary sería una mala noticia para el COI, que solo se quedaría con Milán y Estocolmo como candidatas para albergar los juegos.
La candidatura de Calgary para organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 se encuentra en riesgo, luego de la victoria del “No” en un referendo organizado el martes para consultar a la población de esa ciudad canadiense.
Según datos preliminares publicados por la ciudad dos horas después del cierre de las urnas, el 56,4% de los votantes se inclinó por el “No” en la votación mientras que el 43,6% lo hizo por el “Sí”.
Los resultados oficiales serán publicados el viernes, según las autoridades locales.
Con una participación importante, de 304.774 votantes sobre 767.000 posibles, los residentes de la ciudad enviaron un mensaje fuerte: 30 años después de acoger los Juegos Olímpicos de Invierno no quieren que vuelva la llama olímpica.
El consejo municipal de Calgary, que debe hacer un pronunciamiento final -en principio para el comienzo de la próxima semana- sobre si abandona o insiste en la candidatura, difícilmente pueda hacer algo distinto a tirar la toalla.
Antes del referendo, la provincia de Alberta, que debe cofinanciar el proyecto, había advertido que en caso de victoria del “No” retiraría su apoyo a la candidatura.
Partidarios y opositores de la candidatura hicieron campaña hasta último momento para la consulta, cuyo resultado se había anunciado como muy incierto.
Acuerdo de último minuto
Los argumentos de los partidarios del “No”, que tuvieron una campaña muy activa en las redes sociales, convencieron a la mayoría de los 1,23 millones de habitantes de esta ciudad marcada por la caída de los precios del petróleo, del que depende su economía.
Principalmente adujeron que los elevados gastos que entrañaría la cita se traducirían en un aumento de los impuestos locales, argumento que ya contribuyó a la caída de las candidaturas de otras dos ciudades (una suiza y una austríaca) para los mismos Juegos Olímpicos.
Tampoco ayudaron los desacuerdos en el seno del consejo municipal y el complicado acuerdo de último minuto que fue alcanzado a fines de octubre con el gobierno de Alberta para el financiamiento del proyecto.
Calgary ya albergó la cita máxima de invierno en 1988 y dispone de las infraestructuras necesarias para volver a acoger el evento pero éstas necesitan de obras, que costarían unos 3.730 millones de dólares, la mitad de ellos financiados por fondos públicos.
Pese a los aportes del gobierno canadiense y la provincia de Alberta, más los del Comité Olímpico Internacional (COI) -en caso de victoria- Calgary tendría que asumir costos por unos 300 millones de dólares.
El abandono probable de Calgary sería una mala noticia para el COI, que solo se quedaría con Milán y Estocolmo como candidatas para albergar los juegos.
