Delegación chilena en la ONU exige evaluación del parque industrial en Quintero

Después de realizada la presesión del Examen Periódico Universal en Ginebra, la delegación chilena, encabezada por la abogada Cristina Lux y la activista Katta Alonso, exigieron un cambio en la normativa actual con respecto a las industrias que conviven en las zonas de sacrificio, además de exámenes toxicológicos para la población vulnerable.

Después de realizada la presesión del Examen Periódico Universal en Ginebra, la delegación chilena, encabezada por la abogada Cristina Lux y la activista Katta Alonso, exigieron un cambio en la normativa actual con respecto a las industrias que conviven en las zonas de sacrificio, además de exámenes toxicológicos para la población vulnerable.

Katta Alonso todavía recuerda el paisaje de Puchuncaví que gozó durante su infancia: dunas de arena blanca, agua cristalina; la gente vivía de la pesca, la agricultura y del turismo, pero de eso hoy solo queda una cabaña en donde vive. Desde que el 21 de agosto, cuando el aire allí alcanzó un nuevo récord de contaminación, el 70% de los días han sido declarados en alerta sanitaria, se colocaron filtros de aire en las escuelas y el gobierno ha recibido ya a dos delegaciones extranjeras para analizar el tema, pero aún se desconoce el desenlace.

Con esta situación, el martes 22 de diciembre, la abogada de la Defensoría Ambiental, Cristina Lux, contó solo con cinco minutos para exponer frente diversas delegaciones de las Naciones Unidas, un informe que recoge los casos de violaciones a los derechos humanos cometidos por el estado chileno durante los últimos cuatro años. Esto en el marco de la presesión número 32 del Examen Periódico Universal (EPU), instaurando por la ONU desde el 2005.

“Tenía que exponer sobre los temas de migrantes, LGBTI y después sobre el medio ambiente, en más minutos que los temas anteriores, ya que se habían tratado en otros EPU y no fueron resueltos”, comentó desde Ginebra (Suiza), la dirigente medioambiental, Katta Alonso, que también acompañó a Lux.

Sin embargo, además de la exposición, se entregó un resumen escrito a los representantes de los países asistentes, que recoge los pedidos de diversos activistas de las zonas de sacrificio en Chile. Tocopilla, Mejillones, Huasco, Coronel, y la bahía de Quintero y Puchuncaví, son los lugares implicados. Por primera vez en una edición de la EPU, la delegación chilena daba a conocer la problemática medioambiental.

“Pedimos cambios de normativas, con respecto de metales pesados, hidrocarburos volátiles, suelo, agua dulce y de mar, y exámenes toxicológicos para la población en riesgo, es decir para los niños y mujeres en gestación”, explicó Alonso.

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Desde el día del récord de contaminación del aire hasta el 18 de octubre, según el Ministerio de Salud, se atendió 1398 casos de intoxicación. Por eso, Alonso insiste en la necesidad de realizar una evaluación al parque industrial, que permita conocer qué empresas continúan emitiendo las sustancias que provocan estos casos.

Por ejemplo, en la última rendición de la PSU realizada el 26 y 27 de noviembre, un grupo de alumnos de Quintero realizaron la prueba en la comuna de Zapallar para garantizar así su seguridad. A la fecha, son 1776 los casos de menores intoxicados tan solo en el hospital de Quintero, y los médicos, según Alonso, no saben qué hacer porque los síntomas a los que la población ya se había acostumbrado, están mutando.

Aunque las expectativas que se tienen después de la precesión del EPU son limitadas. Las representantes chilenas esperan que su informe permita un mayor rigor en la evaluación de Chile este 22 de enero por parte de la ONU. En total, son 66 observaciones porque las que el estado tendrá que responder. Katta Alonso asegura que esta instancia, además, corresponde a una estrategia de visibilización de la problemática en el extranjero, debido a que en Chile no obtuvieron los resultados esperados.

De su paso por Ginebra, Alonso también recuerda que no pudieron reunirse con la expresidenta Michelle Bachelet, hoy alta comisionada de la ONU, porque ésta había viajado a Sudáfrica. Además, recalca que Campiche, la última termoeléctrica instalada en Puchuncaví y la más grande, fue concretada durante su gobierno y que significó la destrucción de un área verde que distanciaba a la población de las  empresas industriales.

“Hay 14 industrias contaminantes peligrosas en forma simultánea, pero suman más porque AES Gener tiene cuatro termoeléctricas de carbón y Codelco tiene una refinería y una fundición. En ninguna parte del mundo hay una fundición a lado de una termoeléctrica porque la sinergia produce cáncer. Nosotros las tenemos juntas”, sentencia Alonso.

Posterior a este encuentro, la delegación chilena se mantuvo por algunos días en Ginebra para conocer los casos defendidos por otras delegaciones y agrupaciones internacionales con el objetivo de fortalecer así sus redes de apoyo.





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