Bajo un sol radiante en la Plaza San Pedro y frente a miles de católicos el papa Francisco centró su discurso de Navidad en el llamado a la “fraternidad entre los pueblos, entre las personas con ideas diferentes pero capaces de respetarse y de escucharse mutuamente”. El papa también enumeró algunos de los conflictos más álgidos en el mundo y pidió en su oración por el entendimiento y concordia en tierra santa, en Siria, en Yemen o África. Venezuela y Nicaragua estuvieron también en el mensaje navideño del papa, países a los que hizo un llamado especial.
“Que este tiempo de bendiciones, conceda a Venezuela recuperar la concordia y que todos los componentes sociales trabajen para el desarrollo del país y para la asistencia a los más necesitados de la población. Y a los habitantes de la querida Nicaragua, para que no prevalezcan las divisiones y las discordias pero que todos confluyan para favorecer la reconciliación y construir juntos el futuro del país” dijo el líder de la Iglesia Católica.
El papa no olvidó la Tierra Santa en su mensaje, apelando de nuevo al “diálogo”. Que la Navidad “haga posible que israelíes y palestinos retomen el diálogo y emprendan un camino de paz que pongan fin a un conflicto” que dura más de setenta años, declaró.
Igualmente expresó su cercanía con las comunidades cristianas de la “amada” Ucrania, en un momento de fuertes tensiones religiosas con Rusia.
El papa explicó en su homilía que “Belén significa ‘casa del pan’, y en esta casa el Señor convoca hoy a la humanidad, pues Él sabe que necesitamos alimentarnos para vivir. Pero sabe también que los alimentos del mundo no sacian el corazón”.
Criticó que, sin embargo, “el hombre se convierte en ávido y voraz. Parece que el tener, el acumular cosas es para muchos el sentido de la vida”.
“Una insaciable codicia atraviesa la historia humana”, lamentó Francisco durante esta misa en la que los católicos conmemoran el nacimiento de Dios. Y citó entonces “las paradojas de hoy, cuando unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir”.
Para el pontífice argentino, “Belén es el punto de inflexión para cambiar el curso de la historia”.
“El cuerpecito del Niño de Belén propone un modelo de vida nuevo: no devorar y acaparar, sino compartir y dar. Dios se hace pequeño para ser nuestro alimento. Nutriéndonos de él, Pan de Vida, podemos renacer en el amor y romper la espiral de la avidez y la codicia”, argumentó. Ante el pesebre, agregó Francisco: “comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar”.
2018: crisis por denuncias de abuso
“Que quede claro que … la iglesia no escatimará esfuerzos para hacer todo lo necesario para llevar a la justicia a quienquiera que haya cometido tales crímenes“, dijo a los presentes.
Durante su discurso en el Vaticano, el Máximo Pontífice instó a aquellos sacerdotes y demás miembros del clero, que han violado o acosado sexualmente a un menor, que se entreguen a las autoridades. “Conviértase y entregue a la justicia humana y prepárese para la justicia divina”, agregó.