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El drástico giro que prepara Bolsonaro para Brasil

La toma de posesión de Jair Bolsonaro este primero de enero abre una nueva época en la historia de Brasil. ¿A qué retos se enfrenta el gigante sudamericano, ahora dirigido por un ultraderechista? Pablo Ortellado, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Sao Paulo, responde a esta interrogante.

RFI

  Lunes 31 de diciembre 2018 10:17 hrs. 
bolsonaro

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Tras quince años de gobiernos de centro y de izquierda, a partir de ahora Brasil será dirigido bajo las directrices de la ultraderecha. La toma de posesión de Jair Bolsonaro este primero de enero abre una nueva época en la historia del país más grande de América Latina.

Muchos son los retos del nuevo Ejecutivo brasileño. El nuevo presidente ha prometido cambios radicales, empezando por la economía, que va a tornar al ultraliberalismo. Una visión aplaudida por los mercados, pero que genera opiniones compartidas en la industria.

“En el sector industrial hay posiciones mixtas. Hay gente que está muy preocupada por que una oposición excesivamente liberal pueda perjudicar a la industria brasileña. En el sector agrícola, también posiciones excesivamente liberales podrían perjudicarlas, pero están tan íntimamente conectadas con el gobierno, así que no creo que ahí el liberalismo bajo pueda amenazar los negocios”, estima Pablo Ortellado, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Sao Paulo.

Otros grandes cambios: la propuesta de privatizar empresas estatales con el fin de reducir el déficit y el impulso de las inversiones extranjeras.

Los intereses comerciales están en el centro de la política económica de Bolsonaro. Prueba de ello es que antepone la extracción minera en la Amazonía a la preservación de las reservas naturales y los pueblos indígenas.

“El canciller ya anunció una política externa basada en la no creencia en el cambio climático. Internamente tiene una política de autorizar la ampliación de la frontera agrícola brasilera hacia la floresta. Son posiciones muy duras en contra de las protecciones ambientales más clásicas. Parece que va a haber una movida muy incisiva en la desregulación de las protecciones ambientales”, recalca Ortellado.

La prueba más evidente de la falta de respeto de Bolsonaro al medio ambiente es la retirada del Acuerdo de París, tal y como hizo su homólogo estadounidense, Donald Trump, cuya política es una referencia para el nuevo mandatario brasileño.

“Ha dado muchas señales de que va a alinearse con Estados Unidos aunque se vean comprometidos intereses brasileños. El hijo de Bolsonaro ha estado reunido con gente del gabinete del presidente estadounidense y ha dado muchas señales visibles de apoyo al presidente y a su política externa, incluso para temas muy controversiales. Bolsonaro va a tener una posición muy claramente alineada con Estados Unidos”, sostiene Ortellano.

Algunos de esos puntos controvertidos que Bolsonaro comparte con Trump son las políticas antiinmigración o la flexibilización de la reglamentación sobre la posesión de armas.

Otro punto en común con Estados Unidos: el traslado de la embajada israelí a Jerusalén. La presencia en Brasilia del primer ministro Benjamin Netanyahu en la asunción del nuevo presidente pone de manifiesto la línea de las futuras relaciones diplomáticas del gigante sudamericano, enfatiza Ortellano.

“Es un cambio muy y drástico respecto de como Brasil se posicionaba en el conflicto palestino israelí. Después de Estados Unidos, Brasil ha sido el país grande desde el punto de vista económico que ha cambiado de posición (…). Es un cambio histórico en las posiciones de Brasil que ha liderado una posición histórica del mediación del conflicto entre palestinos e israelíes.

Entre tanto esfuerzo por cambiar la imagen de Brasil en el exterior, en su programa electoral, Bolsonaro se olvidó de las medidas sociales, a excepción de una novedad.

“Tuvo pocas menciones en su programa de gobierno respecto a programas sociales. Se presume que va a haber poco énfasis en los programas sociales pero con una excepción: incluyó un programa de renta básica universal. Ahí tampoco sabemos qué planea hacer”, concluye.

Algo que comparten todos los puntos de la nueva línea de Gobierno en Brasil es la incertidumbre. Si bien Jair Bolsonaro cuenta con un 75 por ciento de popularidad, tanto él como muchos miembros de su gabinete son amateurs de la política, por lo que los desafíos a los que se enfrenta son aún mayores.

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