Investigación de egresados releva quehacer de músicos del Matadero Franklin

Bernarda Castillo, Pablo Rojas y Ariel Grez son los egresados de la Facultad de Artes que durante 2018 desarrollaron el proyecto etnomusicológico "Investigación músicos/artistas del sector Matadero", que buscó relevar las historias de vida y quehaceres musicales de tres artistas del sector La Pérgola en el mercado Matadero Franklin. El trabajo se tradujo en seis videoclips y tres microdocumentales que ya están disponibles para el público.

Bernarda Castillo, Pablo Rojas y Ariel Grez son los egresados de la Facultad de Artes que durante 2018 desarrollaron el proyecto etnomusicológico "Investigación músicos/artistas del sector Matadero", que buscó relevar las historias de vida y quehaceres musicales de tres artistas del sector La Pérgola en el mercado Matadero Franklin. El trabajo se tradujo en seis videoclips y tres microdocumentales que ya están disponibles para el público.

Hacia el año 2014 se remonta el origen del proyecto. En ese entonces -y al alero del Centro de Investigación de Estéticas Latinoamericanas del Departamento de Música (DMUS)-, Pablo Rojas y Ariel Grez, junto al académico del DMUS, Jorge Martínez, postularon a un Fondo de la Música para hacer un catastro y archivo de los músicos de ese sector, con el objetivo de “reconocer la relevancia del lugar desde el trabajo de quienes lo construyen estéticamente cada día, sus músicos”, explicó Pablo Rojas.

Luego de adjudicarse dicho fondo, realizaron un primer trabajo de campo en el mercado Matadero Franklin durante los años 2015 y 2016, donde catastraron una gran cantidad de músicos ambulantes y otros artistas que trabajaban en puntos específicos.

“Si bien hay muchos otros lugares en donde se pueden observar fenómenos musicales similares, el Matadero Franklin nos pareció especialmente interesante pues existe allí un lugar denominado La Pérgola, donde cada fin de semana se instala un grupo cultores con sus equipos de sonido y una mesa para vender sus discos. En dicho lugar, habitantes, locatarios, visitantes, comensales y personas en situación de calle se aglutinan alrededor para escuchar a estos cantantes”, señaló Rojas, agregando que realizaron una segunda postulación al Fondo de la Música en la línea de Investigación y Registro de la Música Nacional que, tras adjudicárselo, les permitió trabajar durante el 2018 en un nuevo proyecto, esta vez para dar cuenta de la práctica musical de tres de esos músicos: Óscar Alarcón, Silvana Fernández y Ernesto Muñoz.

La investigación en torno a estos tres cultores fue realizada por Rojas y Grez, egresados de la licencuatura en Artes mención Teoría de la Música, y por Bernarda Castillo, egresada de la licenciatura en Artes mención Composición. El trabajo se tradujo finalmente en seis videoclips y tres microdocumentales que ya están disponibles en la web (ver aquí), investigación que además ha sido presentada en el XIII Congreso de la rama latinoamericana de la International Association for the Study of Popular Music y en el II Congreso de Etnomusicología de la Facultad de Música de la UNAM.

Los protagonistas

Óscar Alarcón, Ernesto Muñoz y Silvana Fernández son los protagonistas de esta investigación etnomusicológica y tienen un en común que “la música es el sustento afectivo y estético de sus vidas, su pasión y su trabajo”, indica Pablo Rojas, quien destaca que todos ellos son conocidos y respetados por el público que frecuenta el sector del mercado Matadero Franklin.

“Silvana y Ernesto se desenvuelven interpretando canciones de variados artistas, mientras que Óscar se enfoca en hacer su propia versión de Sandro. A su vez, Ernesto también se desarrolla como sonidista y compositor, al tiempo que Silvana exhibe un amplísimo repertorio abordado desde una importante versatilidad vocal”, cuenta el egresado de Licenciatura en Artes y del Magíster en Artes con mención en Musicología sobre el trabajo de estos cantantes, agregando que les parecieron relevantes pues los tres “entablan relaciones de reciprocidad con los locatarios del sector, organizando el uso del espacio, los turnos de presentación y la utilización de los equipos de sonido”.

Pablo Rojas recuerda que llegaron a estos cultores por diversos motivos, tanto académicos como prácticos. “Los tres habían sido catastrados en el proyecto anterior, lo que nos permitía darnos una mejor continuidad. Por otro lado, se mostraron dispuestos e interesados a continuar con la investigación de este año”, explicó, añadiendo que cada uno muestra una faceta distinta pero analógica del vivir como músico.

La propuesta audiovisual

En una búsqueda por mostrar los resultados de la investigación en un formato innovador, el equipo de investigación decidió hacer tres microdocumentales. “Lo interesante de éstos, es que están basados en los propios registros que cada cultor realizó en su intimidad. Ellos decidieron qué decir, qué cantar y qué mostrar”, sostiene Rojas sobre cómo decidieron relevar y dar a conocer las historias de vidas y quehaceres musicales de estos tres músicos, imágenes a las que sumaron los distintos registros que el equipo de investigación realizó en el mercado Matadero Franklin.

“En cuanto a los videoclips, fue una decisión de mutuo acuerdo con los cultores. Por un lado, a ellos les serviría para promocionarse y tener nuevo material. Y para nosotros, nos daría la oportunidad de hacer investigación participante”, agrega Rojas, destacando que el haber tocado con ellos “fue una experiencia notable que nos permitió acceder a sus mundos desde una nueva perspectiva”.

La investigación les permitió identificar que “en el caso de los tres cantantes se produce una relación muy especial con su público, un hacer música situado a la realidad de la vida comercial y cotidiana del barrio Matadero Franklin donde aún priman las relaciones entre personas”, explica Pablo Rojas indicando que los cultores le tienen un afecto especial al lugar, aún cuando cantar ahí no les conlleve grandes beneficios económicos.

“Retomando los planteamientos de Enrique Dussel, en este caso el trabajo de los cultores sería improductivo para el capital, pero sumamente valioso para el pueblo mismo”, señala Rojas, concluyendo que “la entrega de estos músicos es, en última instancia, la motivación social para su quehacer, colaborando con la articulación de la comunidad de vida del sector Matadero que se reúne en torno a la música”.

*Artículo publicado originalmente en Artes Uchile.cl.




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