Un año después de la trágica muerte de la concejala carioca Marielle Franco sale a la luz el primer resultado concreto de las investigaciones: dos personas fueron arrestadas, sospechosas de ser los autores materiales del crimen.
Se trata de un sargento retirado y de un ex policía que fue expulsado del cuerpo, lo que podría revelar la implicación de la policía de Río de Janeiro en el crimen organizado. Un dato que lo corrobora: la lujosa vivienda donde fue detenido uno de los sospechosos.
Según explica Jair Krischke, presidente de Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil, a nuestro medio asociado Radio Francia Internacional, ésta queda en el mismo condominio en el que el presidente Jair Bolsonaro tiene una propiedad.
“Una casa que está ubicada justo en la urbanización en donde vive el Presidente de la República. La casa es inmensa y me parece absolutamente incompatible con lo que puede cobrar de jubilación un sargento de la Policía Militar”, comentó Krischke.
Además, el presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil apunta a una persona ligada al Gobierno cuyo entorno estaría vinculado con el autor de los trece disparos que acabaron con la vida de la concejala feminista y su chófer.
Según los fiscales que llevan la investigación, el crimen de la edil socialista fue “meticulosamente planeado durante tres meses”, lo que pone en evidencia la existencia de una cúpula intelectual. Desde Amnistía Internacional, Renata Neder, coordinadora de Investigaciones de la organización en Brasil, conversó con RFI e insistió en que el caso no se podrá dar por concluido hasta que no se sepa quién mandó matar a Marielle Franco.
“Este crimen no estará solucionado hasta que sepamos quiénes son los mandantes, aquellos que han ordenado este crimen. No podemos dar este caso por concluido hasta que éste sea llevado a la justicia y hasta que los responsables no sean condenados no podemos considerar que la justicia está hecha. El proceso criminal en Brasil puede durar muchos años”, manifestó Neder.
¿Pero cuáles fueron las motivaciones de quienes mandaron matar a Franco, afrobrasileña y defensora de Derechos Humanos? Para Jair Krischke, se puede hablar de un asesinato por motivaciones políticas pero no por razones ideológicas. Sin embargo, para Renata Neder, fue un crimen premeditado que pretendía dar un mensaje concreto.
“Ha sido claramente una ejecución muy bien planificada, por gente especializada y por eso desde el principio existía la sospecha de participación, en distintos niveles, de agentes de la seguridad y del Estado. En general, e incluso por la mañana en que fue hecho, el asesinar a un defensor de derechos humanos es un intento de acallar a aquella persona y su lucha por los derechos, pero además es enviar un mensaje mucho más amplio a todos los que defienden los derechos humanos o, por lo menos, a los grupos que aquél defensor de derechos humanos representaba”, dijo la coordinadora de Investigaciones de Amnistía Internacional Brasil.
Ahora la organización exige un mecanismo externo e independiente que lleve la investigación del caso de Marielle Franco, concejala socialista, defensora de Derechos Humanos, afrobrasileña, feminista y homosexual, que el 14 de marzo de 2018 fue asesinada simplemente por defender sus ideales.