Ley Helms-Burton: otro intento de EE.UU. para desestabilizar a Cuba

La Casa Blanca anunció que el título III de dicha normativa entrará en vigencia desde el 2 de mayo, por lo que ciudadanos estadounidenses podrán demandar a empresas de la isla que en algún momento les fueron expropiadas. “Ningún ultimátum ni chantaje del actual gobierno estadounidense va a desviar la conducta internacionalista de la nación cubana”, respondió La Habana.

La Casa Blanca anunció que el título III de dicha normativa entrará en vigencia desde el 2 de mayo, por lo que ciudadanos estadounidenses podrán demandar a empresas de la isla que en algún momento les fueron expropiadas. “Ningún ultimátum ni chantaje del actual gobierno estadounidense va a desviar la conducta internacionalista de la nación cubana”, respondió La Habana.

Un cuento de nunca acabar. A veces más, a veces menos, el Gobierno de Estados Unidos sigue insistiendo en sus pretensiones de derrocar al Ejecutivo cubano.

Si bien durante el mandato de Barack Obama la relación diplomática y de cooperación entre ambas naciones llegó a un punto sin precedentes desde el triunfo revolucionario en la isla, hoy la situación es distinta.

Desde el comienzo del mandato de Donald Trump, las tensiones entre Washington y La Habana han ido en aumento. Un punto especialmente delicado fue el supuesto “ataque sónico” que el gobierno cubano hizo contra los funcionarios de la embajada norteamericana en la isla.

Si bien se comprobó que la acusación era falsa, Donald Trump utilizó este episodio como excusa para retirar a todo el personal diplomático que no fuera imprescindible en la isla.

A esto se sumó, este miércoles, el anuncio del secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, de la activación del título III de la Ley para la Libertad y Solidaridad Democrática Cubana, más conocida como Ley Helms-Burton.

Si bien la ley data desde 1996, el título III entrará en vigencia desde el venidero dos de mayo, lo que implicará que los estadounidenses y los cubanos nacionalizados puedan demandar en tribunales norteamericanos a las compañías de la isla que fueron expropiadas al triunfo de la Revolución y que antes les pertenecían.

“Significa una oportunidad de justicia para los cubanoestadounidenses que durante mucho tiempo buscaron ayuda debido a que Fidel Castro y sus lacayos confiscaran sus propiedades sin compensación”, sostuvo Pompeo en una alocución.

El objetivo de esta medida es recuperar el capital que habrían perdido las empresas estadounidenses, sin embargo, expertos han señalado que la verdadera razón es presionar a Cuba debido al rol que estaría jugando en la crisis política que atraviesa Venezuela.

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Caricatura publicada en el periódico cubano Vanguardia.

Para el analista internacional Raúl Sohr, la ofensiva estadounidense tiene como objetivo desestabilizar a tres países de la región.

“Hay una ofensiva del presidente Trump contra tres países, que son Venezuela, Cuba y Nicaragua, y que el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, ha planteado que hay que agudizar las sanciones, especialmente contra Cuba, porque Cuba es un respaldo –a juicio de él- importante para la supervivencia del Gobierno de Nicolás Maduro”.

Ante esta nueva medida de presión, el Gobierno de la isla recalcó, a través de una declaración, que “ninguna amenaza de represalia contra Cuba, ningún ultimátum ni chantaje del actual gobierno estadounidense va a desviar la conducta internacionalista de la nación cubana, pese a los devastadores daños humanos y económicos que el bloqueo genocida provoca a nuestro pueblo”.

Por su parte, el presidente Miguel Díaz-Canel ha reiterado que Cuba enfrentará la “escalada de agresión” de Estados Unidos.

Pero la medida norteamericana no afectaría solo a empresas cubanas, sino que también a inversiones extranjeras en la isla, inversiones que, en gran parte, provienen de países europeos.

Y es esta la razón del porqué el título III de la controvertida ley no había sido activada pese a que la normativa existe desde la década de los noventa, pues la Unión Europea (UE), al ver sus intereses amenazados, denunció a Washington ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Si bien las partes en conflicto llegaron a acuerdo posponiendo la vigencia del título III de la ley, hoy Donald Trump desconoce el pacto.

Ante esta arremetida, la UE advirtió al Ejecutivo estadounidense que reactivarían la demanda ante la OMC si la situación lo ameritaba. “La UE se verá obligada a usar todos los métodos a su disposición”, se lee en una carta firmada por la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, a Mike Pompeo.

Por su parte, el Ejecutivo de México también sostuvo que protegerá a sus empresas en Cuba. En una declaración de Cancillería emitida el miércoles, la nación azteca recalcó que “la medida puede afectar a empresas extranjeras que hacen negocios en y con Cuba, por lo que el Gobierno de México protegerá a las empresas mexicanas que hacen o tienen interés en hacer negocios con Cuba y que pudieran ser afectadas”.

Pero el gobierno encabezado por AMLO fue más lejos, y rechazó la aplicación de medidas unilaterales por parte de EE.UU. contra Cuba.

“Como lo ha hecho históricamente, México rechaza la aplicación de leyes comerciales unilaterales con carácter extraterritorial, pues violan las normas del derecho internacional (…) México refrenda su apoyo al fin del bloqueo económico y comercial impuesto contra Cuba”.

Como si la aplicación del título III de la Ley Helms-Burton fuera poco, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, anunció en la ciudad de Miami que restringirá el turismo estadounidense en Cuba y limitará el envío de remesas a la isla, uno de los principales ingresos de la nación antillana.

“Estas nuevas medidas ayudarán a alejar a los dólares estadounidenses del régimen cubano”, aseguró Bolton.

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Típica postal de La Habana Vieja.

Para el analista internacional Raúl Sohr, estas medidas repercutirán indiscutiblemente en el pueblo cubano, pueblo que, en todo caso, está acostumbrado a las presiones estadounidenses.

“Sin duda que les hará la vida más difícil. Las medidas de reducir las remesas drásticamente y frenar virtualmente el turismo estadounidense a Cuba, van a tener un impacto económico muy grande”, sostuvo Sohr.

 

No fue casual que Bolton haya hecho el anuncio en la ciudad de Miami, donde vive gran parte de los cubanos opositores a la Revolución. La razón es sencilla: Donald Trump busca reelegirse en el cargo de presidente y, para tal objetivo, es imprescindible tener el apoyo de la disidencia. Con esto, el mandatario busca asegurarse los votos que podrían ser claves en la futura contienda.

Las cartas de la Casa Blanca están sobre la mesa, y así como Estados Unidos sigue jugando la misma carta desde hace sesenta años, La Habana sigue respondiendo con el mismo as que ha permitido su sobrevivencia en una región hostil.

“Una vez más, Cuba repudia la mentira y las amenazas, y reitera que su soberanía, independencia y compromiso con la causa de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe no son negociables”, finaliza el comunicado que el gobierno de la Isla redactó en respuesta a Washington.





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