Fue en diciembre de 2018. Era, hasta entonces, un día cualquiera para el cantante y académico del Departamento de Música (DMUS) Hanns Stein. Su teléfono sonó. Número desconocido. Contestó. Del otro lado, la Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, le informaba que había sido reconocido con el Premio a la Música Nacional Presidente de la República en la categoría Música Clásica. La noticia lo tomó por sorpresa, pues confiesa entre risas que “ni siquiera recordaba que estaba nominado”. “Agradecí a la ministra por el honor”. La postulación fue realizada por el profesor y musicólogo Luis Merino.
La ceremonia de entrega de los reconocimientos sería en enero, pero trámites administrativos hicieron que se fuera retrasando varios meses. A la espera de esa confirmación, el profesor Stein recibió otra noticia inesperada. Esta vez era un correo electrónico desde la República Checa, su país natal, el que le notificaba que la escuela artística de la ciudad de Nýrsko, donde él vivió hasta los doce años, llevaría su nombre, en honor a su importante carrera artística. “Me sentí muy honrado y emocionado”, cuenta.
Desde que dejó la ciudad a los doce años, el profesor Stein no mantuvo contacto con la localidad ni mucho menos con sus autoridades. Sin embargo, su extensa y destacada carrera en Chile y Europa es conocida y valorada en Nýrsko, motivo por cual decidieron rendirle un homenaje bautizando la escuela de 250 alumnos con su nombre. “Es una ciudad muy chica, tiene 5 o 6 mil habitantes, pero con una vida cultural muy rica”, explica. Una vez allá, recibió una ceremonia llena de detalles que lo hizo emocionarse tanto que se le quebró la voz cuando intervino. “Hicieron una publicación con fotos de mis padres, de mis primeras presentaciones, imágenes que pensé que sólo yo tenía”, expresa. Además, uno de sus ex alumnos más cercanos, el destacado barítono Javier Arrey, viajó por iniciativa propia para realizar un concierto en el marco del reconocimiento de quien fue su primer maestro.
Se encontraba justamente en Nýrsko, junto a sus tres hijos y cuatro nietos, cuando se realizó la ceremonia gubernamental en el Palacio de La Moneda el pasado 3 de mayo. En su representación asistió el profesor Luis Merino.
“Siempre cuando recibo estos honores tengo un doble sentimiento. Por un lado, hay satisfacción porque uno siente que no ha hecho todo mal en la vida (risas), pero por otro lado siempre me da un poco de pudor porque hacen comentarios muy grandilocuentes de uno”, explica.
Estos reconocimientos se suman al “Gratias Agit”, distinción entregada en 2016 por el gobierno de la República Checa a aquellos ciudadanos que con su trabajo ayudan a difundir su cultura en el extranjero. “En los últimos tres o cuatro años he recibido reconocimientos que, en realidad, no esperaba”, dice.
¿Cuáles son sus sentimientos por recibir estas condecoraciones estando tan activo?
Creo que lo que me mantiene vivo y activo es justamente el trabajo. Yo tuve la suerte de poder dedicarme a la profesión que es mi pasión desde los 8 años: la música. Cuando sienta que ya no estoy dando lo mismo en las clases, ahí trataré de jubilarme, pero por el momento no es una opción.
El profesor Stein nació en Checoslovaquia (actual República Checa), pero con sólo doce años de edad llegó a Chile, huyendo de la invasión alemana ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial. En Chile se formó en el Conservatorio Nacional, estudiando canto y ópera. Posteriormente continuó sus estudios en Praga, Leipzig y Londres. Tanto fuera como dentro de Chile ha desarrollado una importante labor de difusión de obras de compositores nacionales, así como también de creadores checos. En el Departamento de Música y Sonología ha desarrollado una importante labor como maestro de destacados intérpretes.