El aterrizaje en el Ministerio de Salud de Jaime Mañalich se da en un contexto en el que el destrabar el trámite legislativo de las principales reformas en materia de salud se ha transformado en uno de los objetivos principales del segundo año de gobierno de Sebastián Piñera.
Las reformas de Isapres y del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) fueron las principales promesas de la campaña del mandatario, teniendo además un lugar protagónico en los anuncios de la pasada Cuenta Pública. Hasta ahora, el ex ministro de Salud, Emilio Santelices, llevaba una estrategia bastante clara en la que ambas cámaras del Congreso Nacional, por separado, estaban viendo las dos caras del sistema. La reforma de isapres a través del Senado y la de Fonasa en la Cámara.
Es justamente esta última reforma la que va a presentar este martes a la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, en donde, junto a la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, dará inicio a la discusión del proyecto que busca fortalecer a Fonasa para lograr consolidarlo, en palabras del actual ministro de Salud, “como el gran seguro de la clase media”.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, Jaime Mañalich se mostró de acuerdo con la manera en que su antecesor comenzó la tramitación de ambas reformas, debido al estado de avance de una por sobre la otra, y ratificó que el fortalecimiento del Fondo Nacional de Salud será una de las prioridades.
“Yo coincido con la mirada de tramitar -solamente por ingeniería legislativa- como se ha hecho la indicación a lo que ya se había discutido de la reforma isapres a través de la comisión de Salud del Senado, porque ahí hay mucho avanzado ya”, señaló. “En cambio, lo que ocurre con la ley de fortalecimiento de Fonasa y la que asegura una cobertura catastrófica, es que son proyectos completamente nuevos y es por eso que se incorporaron en una cámara distinta, para poder generar todas las conversaciones y mejorías que estos dos proyectos pueden tener”, agregó, respecto del proyecto que se comienza a discutir este martes.
Consultado sobre el significado real que toma para el Gobierno el concepto de “fortalecer” el Fondo Nacional de Salud, el secretario de Estado indicó que es en tres puntos principales en donde se quiere poner el énfasis con este proyecto.
“En primer lugar, nosotros tenemos una cantidad de prestaciones que son adecuadas para atender necesidades de salud que no están aranceladas en Fonasa. El mecanismo para que efectivamente una prestación determinada entre a ser arancelado y por lo tanto, financiado por Fonasa, es muy lento. Queremos modernizar eso para que efectivamente el seguro Fonasa esté a la par con la modernidad y la evolución de la medicina, con sus procedimientos de diagnóstico y tratamiento”, dijo y continuó. “Por otra parte algunas prestaciones caras no están bien cubiertas, y ese es un segundo aspecto de este proyecto de ley, en el sentido de que hay atenciones de salud que no están correctamente financiadas“, añadió.
“En tercer lugar, Fonasa tiene que tener una capacidad de gestión de los recursos. Hoy en día, Fonasa es solamente una caja pagadora, de acuerdo a la Ley de Presupuestos, que entrega los financiamientos a los 29 servicios de salud, a los hospitales auto gestionados, a los municipios, pero por ejemplo no genera un mecanismo eficiente para la compra de medicamentos”, completó el jefe la cartera de Salud.
Enfermedades prevalentes sin cobertura
Esto apunta a la existencia de una serie de situaciones que pueden llegar a ser catastróficas para las familias y en donde la cobertura del Estado no está. Pero también existen muchos casos en donde se trata de situaciones que, pese a no ser fatales, son prevalentes y no tienen cobertura. Uno de los casos es la salud bucal, uno de los temas en donde se manifiesta de mejor manera la desigualdad en el acceso a la salud. Frente a esto, el titular de la cartera de Salud fue crítico respecto de cómo se han priorizado las coberturas hasta hoy.
“Hemos tenido en la historia de la salud pública chilena una manera de acentuar las coberturas, y la seguridad social al final, muy enfocada en las causas de mortalidad. Es decir, cuáles son aquellas enfermedades que producen las primeras causas de muerte. Y aquellas enfermedades que no se traducen en certificados de defunción -o sea que, por decirlo de forma brutal, no matan pero que producen un tremendo deterioro en la calidad de vida, como son los problemas de salud oral-, no han sido priorizados”, explicó.
“A mí me parece que lo que se debe hacer es seguir aumentando la garantía de oportunidad y financiamiento a través de la ley AUGE. Y efectivamente ya estamos trabajando, y lo digo con propiedad, en cómo lograr integrar al AUGE más condiciones de salud oral”, expuso. “Vemos que mucha gente está ocupando aparatos correctores de la dentadura y eso no tiene financiamiento, entonces la gente se gasta una fortuna en algo que es esencial para la calidad de vida de ellos, que les significa la posibilidad de sonreír o no sonreír, y a veces -y lo voy a decir con dureza- la posibilidad de irles bien o mal en una entrevista de trabajo, porque así es el mundo real”, criticó.
Respecto de anuncios concretos en esta materia, Mañalich dijo que aún es muy pronto, pero que ya se están analizando propuestas que serán dadas a conocer dentro del corto plazo. “Estamos estudiándolo en este momento, yo llegué el viernes. Lo hemos hablado con el Colegio de Cirujanos Dentistas y hay propuestas concretas de ellos, y yo espero de aquí a dos tres semanas tener propuestas concretas en salud oral”, anunció el ministro.
La campaña invierno
Otro de los temas a tratar por el ministro de Salud en la comisión del mismo nombre de la Cámara de Diputados, es el estado de avance de una campaña invierno que hasta el momento no ha sido nada sencilla para la cartera. Los 24 fallecimientos que se registran a la fecha producto de la epidemia de influenza en nuestro país y las dificultades que han existido desde el inicio de la campaña en la distribución de las vacunas, han generado cuestionamientos a la cartera por cómo se ha enfrentado la prevención.
En ese sentido, Mañalich fue crítico con el estado actual de la campaña, pero también indicó que existe una “responsabilidad compartida” entre las autoridades y los padres de los niños y niñas que se han opuesto a la inmunización. “Desgraciadamente, la vacunación es un contrato al que concurren dos partes“, dijo. “En un estudio que acaba de ser publicado, en el caso de 70 mil niños del grupo objetivo sus padres se opusieron a que se vacunaran de influenza este año. Esos son 70 mil vectores, transportadores del virus de la influenza para sus hermanos, para sus abuelos postrados, para sus compañeros de curso. Entonces aquí hay una responsabilidad compartida”, agregó el ministro.
“Si comparamos el año pasado la primera semana de la campaña de vacunación, se habían vacunado 600 mil personas. La primera semana de este año se habían vacunado menos de 100 mil. ¿Cuándo llegó a los consultorios alertada? Cuando empezaron a haber fallecidos. Es una pena que los voceros anti vacunas hayan tenido éxito en retardar esta vacunación y recién ahora, ante el temor, que la gente se esté vacunando”, lamentó.
Así también, en conversación con este medio Jaime Mañalich reconoció que los movimientos anti vacuna han sido una pesadilla para la implementación de las políticas de prevención y de salud pública, por lo que se mostró llano a recibir propuestas que busquen aplacar los esfuerzos de estos grupos.
“Yo tengo una posición en ese respecto y es que hay que fortalecer los compromisos para que la gente cumpla con los programas de vacunación. “En mi opinión, nosotros tenemos una ley de delitos contra la salud pública y a mí me parece que la propaganda anti vacunas -que no tiene ningún sustento científico, está basada fundamentalmente en fraudes y en temores no fundamentados-, deberían ser declarada un delito contra la salud pública y, por lo tanto, perseguidos y castigados como tales”, dijo. “En ese sentido insisto, aquí estamos hablando de una obligación ciudadana que es inexcusable”, agregó.
El cáncer de las “sociedades de especialistas”
Uno de los problemas más graves que se vienen evidenciando desde hace años en el sistema de salud son las llamadas “sociedades de especialistas”. Un mecanismo que opera principalmente en regiones y que, básicamente, consiste en que los médicos que están contratados por horas en algún hospital del servicio público, es decir, que son funcionarios públicos, se organizan en una sociedad y se dedican a prestar servicios a través de la misma que está contratada por el mismo hospital o Servicio de Salud bajo un régimen de honorarios, cobrando tres o cuatro veces más que lo que reciben por las mismas prestaciones.
En ese sentido, el titular de la cartera de Salud explicó que en una reunión este lunes con la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, se habló justamente de este tema y desde la colectividad se comprometieron a poner énfasis en la solución de este problema.
“Efectivamente tenemos un problema extraordinariamente grave, y es que curiosamente, se hace diferencia entre el sector privado y el sector público de salud. Pero el problema fundamental que enfrenta la salud pública en Chile es la privatización escondida del sistema público de salud a través de este mecanismo”, sostuvo Mañalich. “La doctora Siches me garantiza que ellos están muy atentos a esto, que no lo avalan y que efectivamente hay que progresar en la materia”, comentó.
Así también, el ministro se comprometió a salir al paso de una situación que se viene perpetuando desde hace años sin que nadie haga nada para detenerla, y en la que el mecanismo no solo desvía recursos de todos los chilenos, sino que además burla una serie de normativas respecto de la seguridad y calidad de las prestaciones.
“No tenga ninguna duda de que yo lo voy a enfrentar. Ese fue uno de los grandes costos que yo tuve que pagar durante mi primer período como ministro de Salud. Tenemos que poner un freno a esto”, aseguró Mañalich.