Agricultores franceses protestan contra el acuerdo Unión Europea-Mercosur

Campesinos de toda Francia empezaron este martes a manifestar su repudio por el acuerdo entre la UE y los países del bloque sudamericano, al que acusan de falsear la competencia e imponer productos de menor calidad. El presidente francés retrucó que hay que evitar actitudes “neoproteccionistas”.
  • RFI
  • 03-07-2019

Campesinos de toda Francia empezaron este martes a manifestar su repudio por el acuerdo entre la UE y los países del bloque sudamericano, al que acusan de falsear la competencia e imponer productos de menor calidad. El presidente francés retrucó que hay que evitar actitudes “neoproteccionistas”.

Los agricultores franceses están disgustados con la perspectiva de una ratificación del acuerdo comercial alcanzado el viernes entre la Unión Europea y el Mercosur tras 20 años de negociaciones. Este martes, empezaron a concentrarse en distintos puntos del país para expresar su “hartazgo”.

“La idea es movilizarnos contra este acuerdo que crea enormes distorsiones de competencia entre los agricultores franceses y los otros”, anuncia el sindicato Jóvenes Agricultores, que junto a la FNSA, el principal gremio agropecuario, prometió “muchas salidas de tractores” para protestar.

En la región del Loire (centro-oeste), unos 60 agricultores arrojaron ropa y botas delante de la Prefectura de Saint-Etienne. Más al sur, en la región del Cantal, organizaban protestas del mismo tipo. Pero el descontento llega también a Lille (Norte) o Bretaña (noroeste).

 “El acuerdo del Mercosur, con el Ceta (Unión Europea-Canadá) provocaría la desaparición de 30.000 ganaderos en Francia”, de los 85.000 existentes, y la pérdida de 50.000 empleos directos, denuncia Bruno Dufayet, presidente de la Federación Nacional Bovina (FNB)

“Hay un importante sentimiento de revuelta e insatisfacción entre los agricultores franceses”, resume la presidenta de la FNSEA, Christiane Lambert, quien anticipa “acciones de todo tipo”.

“No importemos la agricultura que no queremos”, reclama, al tiempo que denuncia “activadores de crecimiento con antibióticos en los animales para que crezcan más rápido” y una ganadería donde “el bienestar animal no existe en el vocabulario de esos países”.

Entretanto, en la Creuse (centro), se está organizando para la semana que viene una gran manifestación para expresar el descontento a nivel regional.

“Neoproteccionismo”

Frente a los crecientes reclamos de los agricultores, el gobierno francés trata de calmar los ánimos y condiciona la ratificación del acuerdo.

“Vamos a mirarlo con detalle y, en función, de estos detalles se va a decidir”, declaró el martes la portavoz del gobierno francés, Sibeth Ndiaye, en una entrevista con la cadena de noticias BFM.

“No puedo decirles que vamos hoy a ratificar el Mercosur (…) Francia no está por ahora preparada a ratificarlo”, aseveró Ndiaye, añadiendo que París pedirá “garantías” a los países del bloque sudamericano (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), sin decir exactamente cuáles.

Poco después, el ministro francés de Agricultura Didier Guillaume abundó en el mismo sentido ante la Asamblea Nacional.

El acuerdo no se firmará si en lo que se refiere a la carne vacuna no tenemos certezas sobre su trazabilidad, el bienestar animal y los antibióticos”, subrayó.

Sin embargo, el presidente francés advirtió luego contra las actitudes “neoproteccionistas”. “La realidad es que nuestro país no es proteccionista”, recalcó.

“Quienes dicen que todo acuerdo comercial es malo, que me digan entonces cómo van a vestirse, alimentarse, desplazarse”, sostuvo.

Francia ha sido uno de los países más reacios a este acuerdo porque teme que su sector agrícola se vea afectado por la llegada masiva de productos sudamericanos, sobre todo azúcar y carne bovina.

Con el acuerdo, Mercosur podrá exportar a la UE unas 99.000 toneladas de carne de ternera con un tipo preferencial de 7,5%, lo que debilitará la posición de los ganaderos europeos.

En Francia, ese sector, muy dependiente de las subvenciones europeas, considera que no lograrán competir con las “fábricas de carne” latinoamericanas. Y más aún teniendo en cuenta las diferencias en las prácticas de ambos continentes, que no les favorece: mientras que en la UE cada vez hay más normas medioambientales, en América se usan antibióticos como hormonas del crecimiento y soja modificada genéticamente.





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