La primera operación de reasignación sexual en el país, la muerte de Daniel Zamudio, la aplicación de la terapia AZT, el caso de la jueza Karen Atala, la aparición del primer personaje seropositivo en la televisión chilena y la publicación de “Loco Afán” de Pedro Lemebel. Estos son solo algunos de los hitos recogidos luego de un proceso de mapeo colectivo y de reflexión que inició un equipo de artistas e historiadores, el cual forma parte de la exposición Maleza en el Jardín, propuesta artística en la que participaron los egresados de la Universidad de Chile Matías Marambio y Gastón j. Muñoz j., junto al artista visual Lucas Núñez y al botánico Anatole Sachel.
La propuesta utiliza la figura de la maleza como metáfora para explicar los imaginarios sociales y culturales sobre la seropositividad como construcciones culturales que estigmatizan, segregan y condenan, tal como se hace con este tipo de plantas, que taxonómicamente no existen como tal sino que son catalogadas como malas, dañinas e impertinentes en diferentes tipos de cultivos desde el punto de vista social. Todo esto, como explicó la curadora de la muestra, Gastón j. Muñoz j., con la idea de “poner en crisis esta noción de muerte”.
“Lo que hicimos fue un proceso de mapeo colectivo donde distintos grupos conversaron en torno a hitos que parecían importantes para pensar la historia de la disidencia sexual desde Chile”, explicó el Licenciado en Historia, Magíster y candidato a Doctor en Estudios Latinoamericanos, Matías Marambio, sobre el proceso que dio paso al núcleo inicial de Maleza en el Jardín, el cual está en construcción y dispuesto para la intervención del público, visualizando -en las raíces de un árbol- categorías como las políticas de salud, los hitos histórico-políticos, el mundo cultural y las militancias, entrecruzados con experiencias personales.
“Este intento de armar una historia, tiene que ver con las elaboraciones artísticas estéticas de la sala. Las prácticas estéticas, las puestas en material de la propuesta, vendrían a ser un modo de investigar esta historia colectiva en torno al VIH/SIDA y la disidencia, tanto a nivel personal como más global”, explicó en tanto Gastón j Muñoz j., quien agregó que esta exposición busca “sentar las bases de la reflexión sobre lo público y lo privado en torno a la disidencia y esta experiencia de jóvenes seropositivos”.
En ese sentido, detalló Marambio, la exposición plantea la disidencia sexual “no solamente como una opción de ‘yo me identifico con tal cosa’, sino que como procesos de identificación política, de conflictos, de tensión y de lucha”.
Esta exposición multidisciplinaria –que cuenta también con el apoyo y participación del Círculo de Estudiantes que vive con VIH– tendrá actividades paralelas como testeos rápido de VIH gracias al trabajo colaborativo con la Fundación Chile Positivo; mesas redondas y muestras de cine.
Las malezas en el jardín del edén
Otra de las aproximaciones al mundo botánico en la exposición fue la recolección de chahuales, quiscos y de diferentes tipos de suculentas por parte del artista Lucas Núñez y el botánico Anatole Schal para alegorizar “la muerte” de los cuerpos. Colgados con ganchos como piezas de carnicerías y tirados en el suelo, estas especies cuestionan su condición de muertas al brotarles diferentes formas de vida vegetal, como musgos y líquenes.
Lo anterior también vincula el mundo vegetal con las estrategias inmunológicas experimentadas por comunidades tanto prehispánicas como seropositivas, como un vuelco hacia el cuerpo. Una de éstas es la hierba de San Juan, protagonista del tercer núcleo de la exposición, donde se dispone una ilustración de esta planta, una cita del escritor cubano Severo Sarduy, y un pequeño jardín de flores coexistiendo con “malezas”.
La cita de Sarduy, detalló Marambio, tiene que ver con la búsqueda de “imaginarios que no estuvieran marcados por la catástrofe o la muerte, o en donde la muerte aparecía integrada dentro de otros ciclos, y no esta idea de -por así decirlo-, la crisis del VIH Sida de fines de los ‘80 y principio de los ‘90 casi como el Auschwitz de la disidencia sexual”. En vez de una cuestión necrológica, “el texto de Sarduy lo que nos muestra es que son cuerpos que están mucho más empoderados de su gestión de la salud. También esta cita permite hablar de una historia alternativa del virus dentro de la cultura latinoamericana”, tal como se propone en la construcción de la memoria de la disidencia sexual.
Justo frente a la ilustración botánica de la hierba de San Juan y de la cita de Saduy, se encuentra este jardín, el que está al cuidado a diario por parte de integrantes Círculo de Estudiantes que vive con VIH como parte de la interacción y mediación de la exposición. Al respecto, y relacionado con la idea de la maleza, Gastón Muñoz detalló que esta propuesta “funciona no sólo como una metáfora de la historia del VIH Sida en Chile, sino que de la disidencia sexual en su conjunto”, particularmente en la historia reciente.
En su lectura, “las disidencias sexuales eran estas malezas que crecían en el jardín de un tipo de movimiento LGBT que buscaba esta mirada higiénica y más aceptable, que se integró dentro de las políticas de la transición a la democracia. Esto se explica por el hecho de que esos primeros años de la transición buscan despejar y desmalezar, eliminar todos esos posibles focos de tensión, que piensan que Chile fuera como un puro gran jardín”, analizó Muñoz, para quien lo importante es que se rescate “esta idea de que esta maleza está aquí y está para quedarse y cada vez está arraigándose más en estos lazos afectivos y de memoria en nuestra propia comunidad, pero en un diálogo con otros agentes sociales, o sea, no como una idea sectaria y endogámica, sino que de apertura”.
Por encima de lo imaginable
Parte del proceso creativo de esta propuesta está detonado por Lucas Núñez, artista visual seropositivo. Núñez fue parte del equipo de la exposición “Arte y cuerpo seropositivo en el Chile contemporáneo”, del Foro de las Artes 2018. Fue allí donde en ese proceso surgió la idea de plantearse “por encima de lo imaginable”, como una lectura personal y política ante los imaginarios sociales respecto al VIH.
Como detalló el artista, esta “la tesis del ‘Por encima de lo imaginable’, nace de la capacidad de imaginar-me, de ver cómo el discurso incide en mi propia imaginación, que tenía un discurso externo a mí y a mis capacidades de poder concebir mi cuerpo, entonces pensar mi corporalidad por encima de lo imaginable era la oportunidad de poder contar mi relato”.
Maleza en el jardín estará disponible hasta el 28 de septiembre en el Centro Cultural de España.