Desde el viernes Nueva Orleans está en estado de emergencia ante la llegada de la tormenta Barry que este sábado se convirtió en un huracán de categoría 1, según el servicio meteorológico estadounidense.
Donald Trump ya habia declarado el estado de emergencia en la zona y se dio la orden a los ciudadanos de encerrarse en sus casas, aunque algunos condados al borde del mar fueron evacuados.
Hay al menos 30 mil personas sin electricidad en toda Luisiana.
La lluvia, gran preocupación
Según los expertos, el viento no es lo realmente inquietante si no las lluvias torrenciales y la inmersión costera (se esperan hasta 1,80 m) que lo acompañan. El suelo de la región ya está saturado después de las recientes tormentas y las lluvias recurrentes desde principios de este año que causaron varias inundaciones del Mississippi.
El huracán debería traer de 15 a 25 cm de lluvia sobre la costa, pero la acumulación de precipitaciones podría alcanzar los 50 cm en algunos lugares. Y si el río Mississippi, el río más grande de América del Norte, alcanzó su nivel de inundación (5,18 m) en Nueva Orleans, protegido por diques de 6,10 m, el río debería alcanzar un máximo de 5, 79 m, según los meteorólogos.
El estado aún está traumatizado por el recuerdo del huracán Katrina de 2005. Los diques que protegían a Nueva Orleans se habían rendido bajo el peso del agua, inundando el 80% de la ciudad y causando miles de muertes.
Siga el huracán Barry con esta carta de previsiones para las próximas horas.