“Mujeres al Poder”: Así se titula la síntesis de un diálogo entre distintas dirigentas y representantes de la izquierda chilena, quienes, durante siete sesiones, discutieron e intercambiaron visiones en torno a la participación de las mujeres en la política más allá de las cuotas de género.
Es así como militantes de diez movimientos y partidos políticos debatieron durante 2018 en torno a tópicos como la formación política y las candidaturas; la dinámica actual del poder; la elección de candidatas y las campañas políticas, entre otros.
Según comentaron a Radio y Diario Universidad de Chile algunas de las participantes de este espacio, la experiencia fue positiva, enriquecedora y desafiante, considerando que reunió a mujeres desde la Democracia Cristiana al Frente Amplio, cuyas miradas, en algunos ámbitos, son muy disímiles.
Sin embargo, dado que la discusión no estuvo centrada en agendas, se facilitó un diálogo en el que todas las participantes pudieron compartir experiencias y testimonios que daban cuenta de discriminaciones o situaciones de invisibilización en espacios de poder.
Karina Oliva, representante del Partido Comunes del Frente Amplio, señaló a nuestro medio que “la institucionalidad está muy mirada desde el espacio masculino y las mujeres nos hemos pasado siglos cumpliendo un rol más bien clandestino y, espacios como este, instalan la necesidad de salir de la clandestinidad y exigir ser parte del sistema político, y no sólo como observadoras” recalcó.
Desde esa perspectiva, agregó que, para empujar los cambios, no sólo se requieren diagnósticos, sino que, fundamentalmente, se necesitan decisiones políticas.
“Si es necesario que haya una ley de cuotas que obligue que los ministerios o las subsecretarías, los jefes de servicio, que la Controlaría, el Servicio Electoral, tenga una normativa de cuotas, tenemos que tomar esa decisión”.
Quien también participó de estos encuentros fue Marcela Sandoval, vicepresidenta de Revolución Democrática, quien enfatizó que, si bien medidas como la ley de cuotas son necesarias y constituyen un avance para lograr una mayor participación femenina, esto debe ir aparejado de cambios culturales para facilitar la inserción de las mujeres en determinados cargos considerando, por ejemplo, el doble rol de madre que muchas ejercen.
“Son las organizaciones, los partidos políticos los que tienen que hacer transformaciones muy profundas para que la participación de las mujeres sea efectiva y no nos quedemos solamente en las medidas afirmativas o en implementar mecanismos de cuotas, que son súper necesarios, pero deben ir acompañados de medidas de carácter cultural, como fijarnos en los horarios de las reuniones para que las mujeres participen”.
Si bien ambas dirigentas coinciden en que mayor número de mujeres en la política no garantiza que los intereses de este sector necesariamente estén representados, sí hacen hincapié en que es necesario avanzar en esa dirección.
“La lógica de aumentar la representación de mujeres es indispensable, porque la experiencia de hacer bancadas de mujeres –no necesariamente feministas- igual logra que mujeres que piensan muy distinto se pongan de acuerdo en torno a determinadas agendas o proyectos” señaló la representante de RD, quien además añadió que “cuando uno ya supera la lógica de la presencia, creo que debe haber acciones más decididas de intencionar que mujeres feministas lleguen a cargos de poder y, evidentemente, ahí se da la representación de los intereses de una agenda más amplia”.
Por su parte, Karina Oliva sostuvo que “si hay más mujeres en las instituciones, independiente de su sector político, tú puedes tener el debate sobre estos temas, es un paso que te permite avanzar porque las mujeres, no todas son feministas, y no tienen por qué serlo, pero sí tengo el derecho a debatirlo con ella y dar la disputa política y democráticamente. Yo creo que eso tenemos que apuntar a ganar”.
Fanny Pollarolo, ex diputada y militante del Partido Socialista, vivió en carne propia las dificultades para acceder a cargos de representación popular. En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la también médico psiquiatra apuntó a la estructura patriarcal de los partidos políticos, los cuales -independiente de su orientación ideológica-, no han ido acorde a los cambios que se están produciendo en el país.
“Estamos en un proceso que debiera ser mucho más rápido. Hay una discordancia entre cómo se ha avanzado en la consciencia y cómo se ha avanzado en los cargos y las responsabilidades, y ahí las mujeres necesitamos vivir procesos y muchas veces empiezan en el interior de los partidos a dificultarse los procesos de desarrollo de las mujeres. Si cuentas la cantidad de mujeres que son alcaldesas y cuantos son hombres, la diferencia es tremenda”.
Cabe mencionar que, con la implementación de la “ley de cuotas”, la participación femenina en política significó un 6,8 por ciento de diputadas electas. Y pese a que se reconoce como un progreso, la paridad de género en espacios de poder, tanto en lo público como en el sector privado, sigue siendo un enorme desafío.
Según datos de las últimas elecciones municipales y parlamentarias, hay solo un 12, 7 por ciento de alcaldesas y un 24,9 por ciento de concejalas, mientras que las diputadas y senadoras sólo representan entre un 22 y 23 por ciento de los y las congresistas.