Este miércoles el gobierno alemán dirigido por la Canciller Angela Merkel anunció la prohibición del herbicida glifosato. La medida se aplicará gradualmente hasta diciembre de 2023, fecha en la que debería estar eliminado totalmente de las faenas agrícolas.
La prohibición forma parte de un gran paquete de protección de los insectos y la biodiversidad, y que finalmente forma parte de la política del gobierno alemán de preservación ambiental. Las medidas también implican modificar las políticas de subsidios en el sentido que a futuro habrá menos recursos disponibles por hectárea en pos de entregar mayor cantidad de dinero a los cultivos sostenibles, algo que había exigido el Partido Socialdemócrata (SPD), que también es socio de la coalición de gobierno.
La prohibición del glifosato fue producto de una larga negociación dirigida por las ministras de Agricultura y de Medio Ambiente, Julia Klöckner y Svenja Schulze quienes habían apostado porque el herbicida ya no pudiera ser usado en 2022. El acuerdo al que llegó el gabinete alemán involucra destinar 100 millones de euros a la investigación de nuevos cultivos e insectos. A la vez, se implementó la entrada en vigencia inmediata de nuevas etiquetas de bienestar animal para todos los productos derivados del cerdo, y posteriormente deberán aplicarse para los que sean elaborados con carne de ave de corral.
La decisión del gobierno no dejó indiferente al sector de los agricultores, así el presidente de la Asociación Alemana de Agricultores, Joachim Rukwied manifestó su descontento con la nueva medida.
“Sabemos que debe haber cambios hacia un mayor bienestar animal y protección de los insectos, pero este paquete es tóxico para los agricultores. La redistribución de los subsidios agrícolas significa recortes dolorosos en los ingresos y si este paquete de leyes se implementa de esta manera, generará más frustración y falta de perspectivas en el sector”.
Alemania es el segundo país que decide prohibir el glifosato luego de Austria. Además las cortes de justicia de Estados Unidos han condenado a la empresa Monsanto, que ahora forma parte de Bayer, debido a que el químico utilizado en los cultivos ha sido sindicado como responsable directo de varios tipos de cáncer.