Los partidarios y opositores de la legalización aborto se concentraron fuera de la legislatura, separados por la policía. El ambiente era tranquilo, pero todo cambió cuando los diputados rechazaron la despenalización del aborto en caso de violación.

65 diputados votaron a favor de esta reforma del código penal, 59 en contra y 6 se abstuvieron. Pero faltaban 5 votos para que se aprobara la reforma.

Con bufandas verdes, algunos activistas favorables a la legalización del aborto comenzaron a insultar a los diputados, a lanzar antorchas contra la Asamblea y a tratar de quitar las barreras establecidas por la policía. Los opositores al aborto respondieron aconsejándoles que no se “manchen las manos con sangre”, una consigna que hizo pública poco antes de la votación el Arzobispo de Quito.

El tema del aborto sigue siendo delicado en Ecuador, un país mayormente católico. La interrupción del embarazo sólo se permite si la vida de la madre está en peligro o si el embarazo es el resultado de la violación de una mujer con discapacidad mental. En todos los demás casos, el aborto se castiga con una pena de seis meses a dos años de prisión. Según los grupos feministas, 2.500 adolescentes violadas son madres cada año en Ecuador.

Al igual que contra el aborto, la Iglesia católica y grupos evangélicos ya se opusieron al matrimonio entre personas del mismo sexo aprobado en julio de este año en el país sudamericano.