Lo nuevo de Paz Court: “En este disco hay influencias desde Violeta Parra a Rosalía”

Instalada hace pocas semanas en Ciudad de México, la cantante está de regreso para ofrecer conciertos en Santiago y Valparaíso. Mientras, prepara un álbum donde se reencuentra con los timbres electrónicos y se aleja de la estética luminosa que ha cultivado hasta ahora. “Necesitaba otros colores”, dice. 

Instalada hace pocas semanas en Ciudad de México, la cantante está de regreso para ofrecer conciertos en Santiago y Valparaíso. Mientras, prepara un álbum donde se reencuentra con los timbres electrónicos y se aleja de la estética luminosa que ha cultivado hasta ahora. “Necesitaba otros colores”, dice. 

Dice Paz Court (Linares, 1985) que fue algo que ocurrió luego de ver Chavela, el documental de Catherine Gund y Daresha Kyi en torno a la estrella de la canción mexicana. Ese retrato audiovisual le provocó tanto impacto, que detonó una nueva composición.

“Me inspiró como una cantante que se influencia con las zonas oscuras del sentimiento. Es prácticamente imposible escucharla sin emocionarte”, resume. “Quise tomar ese tipo de canto y lírica para hablar de esta sensación de máxima oscuridad y, prácticamente, de un encuentro con la muerte”. 

Esa nueva canción se llama “La noche oscura” y es el sencillo que Paz Court acaba de estrenar junto a un videoclip que profundiza una advertencia que ya había hecho su anterior lanzamiento, “Pajarillo negro”. Si hasta hoy se había mostrado como una intérprete capaz de conjugar jazz, pop, swing y raíz latinoamericana en distintos momentos de su trayectoria, ahora ha sumado también un costado más sombrío y de tintes sintéticos.

La fuerza, el disco que espera estrenar en el primer semestre de 2020, será su expresión consolidada: “Son canciones que reflotan de las profundidades, intentando buscar nuevas líricas e influencias. Digo que reflotan porque es algo que siempre ha estado dentro de mí, pero hasta ahora no se había reflejado en mi música”, explica. 

“Estoy ligada a una música más alegre, primaveral y colorida, pero desde hace un tiempo que ese rol no me empezó a acomodar. Necesitaba echar mano a otros colores, reflexiones y sentimientos que también tengo, como cualquier otra persona”, agrega. 

Parte de esa búsqueda se verá en el concierto gratuito que Paz Court realizará este jueves en el anfiteatro del Patio Bellavista, donde estará acompañada por Andrés Landón (guitarra), Cristóbal Mora (batería) y Sebastián Carrasco (flugelhorn). 

Será una actuación en formato acústico, a la que el sábado se sumará su participación en “Canciones a Valparaíso”, el concierto gratuito que se celebrará desde las 21 horas en la Plaza Sotomayor, con la Orquesta Marga Marga y un elenco de 14 intérpretes que también incluye a Cecilia Echeñique, Fran Straube, Lucy Briceño, Magdalena Matthey y Arlette Jequier, entre otras. 

Sin embargo, serán presentaciones que la encuentran todavía en medio de una transición hacia una nueva estética. Instalada hace poco más de un mes en México, Paz Court volverá luego a ese país para terminar de darle forma a una nueva puesta en escena y un álbum que ha trabajado con Esteban Sumar en la producción. 

Ella lo adelanta así: “La idea de este disco es que estas influencias de un canto muy folclórico, que alude a líricas más tradicionales, se cruzan con la electrónica, con el rock. Puedes sentir ‘algo parecido a’, pero en el fondo no lo es, porque ¿cuál es la idea de recrear algo que ya existe?”. 

Y de algún modo, esa transformación es una respuesta a los años que pasó concentrada en La Orquesta Florida, el ensamble de timbres acústicos y tradicionales junto al cual publicó los discos Cómeme reinventado (2016) y Veranito de San Juan (2018). 

Hoy quiere otra cosa: “En el escenario, por ejemplo, me faltaban bajos, me faltaban bombos, me faltaba algo más potente que la orquesta, por su condición, no podía satisfacer”. 

¿Es una intención también de ser actual, de que esas canciones suenen al 2019?

Sí, pero también de hacer algo que me gusta. Siempre digo que crecí escuchando las orquestas antiguas de jazz, pero también Björk, Radiohead, Moloko, Stereolab, música de los ‘90 y 2000. En Jazzimodo igual hacíamos una música súper electrónica, como en Tunacola. En ese sentido, es un reencuentro después del trabajo con la orquesta.

Yo venía buscando este contraste y, en ese sentido, El mal querer de Rosalía fue una gran influencia. Independiente de que me guste o no lo que hace ahora, ese disco me voló la cabeza, era muy atrevido. Hacía mezclas muy interesantes y desprejuiciadas, con mucha actitud. Dije “wow, me encantaría hacer algo con esa fuerza”. Desde Violeta Parra a Rosalía, en este disco hay muchas influencias, es un proceso donde te vas topando con muchas cosas. 

Hay músicos que emigran a México para “conquistar el mercado”, hay otros que van a probar suerte. ¿En qué plan te fuiste tú?

Voy más en el modo aventura. En esta etapa de reinvención me viene súper bien empezar en un nuevo lugar, donde estoy abierta a recibir lo que México tiene para entregarme. O sea, Ciudad de México es un lugar que te muestra y enseña cosas y tengo muchas ganas de conectar con otros artistas. No solo músicos, sino que meterme en una onda interdisciplinaria. 

El motor de lo que estoy haciendo ahora es mucho más artístico que comercial. Más que un éxito radial o cosas así, me interesa estar en movimiento, conocer gente nueva que me inspire, crear proyectos. Y de ahí, lo que venga. 

En vivo

Anfiteatro Patio Bellavista, Santiago.
Jueves 10 de octubre, 20 horas.
Gratis (detalles acá). 

Plaza Sotomayor, Valparaíso.
Sábado 12 de octubre, 21 horas.
Gratis (detalles acá).





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