Este miércoles, La Estrella de Valparaíso dio a conocer la situación de tres menores de edad que no podrán continuar sus estudios por no haber superado las consecuencias que les dejó la contaminación en la comuna de Quintero.
De los 11 establecimientos educaciones en la zona, se sabe que los casos de estudiantes que tendrán que adelantar el cierre del año escolar son al menos 10, pero que esta cifra podría aumentar, dado que depende del nivel de respuesta que tengan los afectados a las secuelas que les dejó la intoxicación masiva en 2018.
Así, en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la presidenta del Consejo Consultivo de Usuarios del hospital Adriana Cousiño, María Araya, explicó detalles de los ocurrido en la llamada Zona de Sacrificio.
“Sucede justamente con niños que fueron contaminados el año pasado y que quedaron con algunas secuelas. Son hechos aislados, no es que todos los niños van a cerrar el año escolar antes, solo algunos niños que quedaron con secuelas. Eso pasa porque hay algunos que son menos resistentes a la contaminación, dependiendo de su inmunología”, explicó Araya.
Cuando estos casos empeoran, aseguró la dirigente, el hospital Adriana Cousiño no se encuentra preparado para enfrentar situaciones de alta complejidad.
Para Araya, el impacto que en general ha tenido la contaminación en Quintero ha sido mayor en los menores de edad, dado que su sistema de defensas aún se encuentra en construcción.
Más allá de los intensos dolores de cabeza, náuseas y adormecimiento del cuerpo, las consecuencias en estos casos están incluyendo problemas psicológicos como la depresión. Sin embargo, en ninguno de los casos de los menores de edad afectados se ha entregado un diagnóstico claro.