La Comisión Nacional de Productividad dio a conocer un informe respecto del impacto que tendría en nuestra economía la implementación del proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral semanal de 45 a 40 horas.
De acuerdo al estudio, por cada 1 hora de reducción de la jornada laboral legal, las que son trabajadas efectivas caen en 0,4 horas. De esta forma, la investigación establece que al reducir a 40 horas de trabajo semanales se reducirá en un 5 %, aproximadamente, las horas anuales efectivamente trabajadas.
De la misma forma, esta situación derivaría en una rebaja de los salarios mensuales reales de un 3 por ciento en promedio como sostiene el presidente de la instancia, Raphael Bergoeing “esperamos un impacto negativo agregado en salarios, en empleo y en crecimiento, pero no en el empleo total del país”, señaló.
En ese sentido, Alfie Ulloa, secretario de la Comisión Nacional de Productividad, señaló que es necesario incorporar el componente de la flexibilidad si es que la iniciativa va a ser aprobada en el Congreso “deben considerarse mecanismos de flexibilidad que permitan aumentar la productividad (que siendo muy baja en nuestro país se vería adicionalmente reducida por la reforma), y plazos e instrumentos de ajuste que permitan a las empresas reorganizar su estructura productiva, a modo de reducir los efectos negativos esperados”.
El informe concluye señalando que “es posible proyectar las horas trabajadas que alcanzaríamos bajo distintos supuestos de crecimiento, asumiendo que replicamos la trayectoria observada por el promedio de la OCDE”.
En esa línea agregan que “si a futuro creciéramos al 2% anual per estaríamos trabajando 40 horas semanales el año 2028, y las 37,7 horas que trabaja la OCDE hoy en el año 2047”.
Finalmente, señalan que “de crecer al 1% per cápita por año, estas jornadas se alcanzarían en los años 2038 y 2076, respectivamente. De crecer al 3% per cápita por año se alcanzarían en los años 2025 y 2037”.