Desde que comenzaron las manifestaciones, el pasado 18 de octubre, los centros culturales ubicados en el sector de Baquedano han tenido que acomodarse al nuevo contexto de protesta: mientras, por un lado, ciertas actividades han sido suspendidas, por otro, los horarios han sido modificados. Sin embargo, lejos de este funcionamiento, los espacios también han debido sortear otra dificultad: la seguridad de su personal e infraestructura.
Uno de los hechos más lamentables se vivió el pasado viernes, cuando el Cine Arte Alameda fue afectado por un incendio. “Cayeron bombas lacrimógenas, suponemos. Estamos investigando”, dijo luego del incidente, Roser Fort, directora del espacio cultural.
No obstante, éste no ha sido el único centro cultural afectado en el marco de las movilizaciones. Hasta ahora, el GAM ha denunciado cuatro incendios en las obras de su segunda etapa, mientras el Centro de Extensión de la Universidad de Chile ha reportado daños en su fachada. Pero también han existido otros casos, entre ellos, el Museo de Química y Farmacia Profesor César Leyton y el Teatro del Puente.
Museo de Química y Farmacia: en la trinchera
El 18 de octubre, El Museo de Química y Farmacia Profesor César Leyton (Merced #50) convocó a la inauguración de una muestra dedicada a la medicina ancestral. La invitación estaba fijada a las 20:00 horas y contemplaba una performance en plena calle. Sin embargo, ante los primeros indicios de la movilización, la actividad comenzó a colocarse en duda. Aun así, desde la entidad patrimonial decidieron llevar adelante la ceremonia: no intuían que la huelga se extendería por casi dos meses y que, con el trascurso de los días, el actuar de Carabineros sería cada vez más violento.
“Para nosotros, la experiencia partió desde el día cero”, comenta Richard Solis, director del museo.
“En ese momento, muchas personas iban camino a la inauguración. Entonces, ha sido complejo, pero eso también ha significado reinventarse y repensarse. Ha sido interesante esto de mantener un museo de trinchera o un museo de primera línea”, añade el gestor cultural.
La entidad nació en 1951 en la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Chile. Desde entonces, ha realizado una labor ligada a la protección de la historia científica del país, promoviendo investigaciones e incentivando el conocimiento en establecimientos educacionales.
Sin embargo, con la movilización social, todo su programa se vio interrumpido: las visitas fueron suspendidas y el mismo espacio adecuó su horario respecto de la contingencia diaria. La alerta más importante vino cuando se registró un incendio en un edificio continuo al museo. Más tarde, un carro lanza agua arrasó con uno de los ventanales de la entidad patrimonial.
“El museo está en el subterráneo del Colegio de Químicos Farmacéuticos de Chile y tiene dos ventanas que están a nivel del piso y que dan hacia la calle Merced. En una de esas acciones, el carro lanza aguas reventó una de las ventanas. Entonces, ahora, con una restauradora especialista en madera, estamos rediseñando estas ventanas para poder reinstalarlas con una protección. Es como una suerte de blindaje”, sostiene el director del Museo.
El Museo, al igual que otros edificios del sector de Baquedano, también ha sido fuertemente impregnado con consignas, sin embargo, para el equipo del museo, este hecho es valorado a la hora de pensar en una resignificación del espacio. Por lo mismo, Richard Solis sostiene que los rayados se mantendrán.
“Tomamos la experiencia de un grupo de restauradoras de México que decidieron, por las marchas de los femicidios, dejar de restaurar los monumentos hasta que se cumplan las demandas de la ciudadanía. Como restaurador, era de la idea de pintar todo, pero entendí, gracias a esta experiencia, que había que entender lo que estaba sucediendo en las calles”, dice.
Al mismo tiempo, sostiene que, frente al movimiento, el Museo deberá adecuarse: “Ahora estamos pensando de qué manera el museo sale a la comunidad, para que la historia y el patrimonio se pueda trasladar hacia los estudiantes, que son nuestro principal público”.
Teatro del Puente: desde los primeros auxilios
Aquí seguimos!! 💪💪 con nuestro punto de #PrimerosAuxilios en #TeatrodelPuente @la_Fech pic.twitter.com/BNRli7epNx
— Teatro del Puente (@teatrodelpuente) December 13, 2019
El Teatro del Puente también se ha transformado en el contexto de las movilizaciones. Luego del 18 de octubre, el escenario se contactó con la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile para convertirse en un centro de primeros auxilios.
“Dijimos, qué sentido tiene el estar en la mitad de todo. Así que nos ofrecimos y ahora tenemos un grupo de médicos, enfermeras, enfermeros y psiquiatras”, dice Freddy Araya, director del teatro.
“Ha sido una experiencia súper buena, porque sentimos que se le está dando un sentido concreto, claro y específico al espacio que está en la mitad de la manifestación. La gente también ha identificado este espacio como centro de primeros auxilios, entonces, lo cuidan, lo protegen”, comenta.
Según Freddy Araya, la relación con las fuerzas de orden también ha sido compleja en el sentido de que han sido bombardeados con lacrimógenas y gases. “A Carabineros, obviamente, les genera un poco de ruido. Siempre están tratando de entrar, pero nunca ha sido algo violento. Han entendido que este es un espacio privado y que estamos atendiendo a heridos”, cuenta.
“Hemos tenido bombas lacrimógenas, pero como nuestro techo es metálico, rebotan. A veces, alguien se sube al techo y las tira al río. Hemos sido gaseados, nos han llegado bombas a la puerta del teatro, nos han tirado agua con el guanaco. Entonces, es un punto que ha estado bien en primera línea”, relata.
Para el gestor cultural, también es importante cómo los espacios culturales se modificarán de cara a la contingencia. Así, advierte que, en enero próximo, en el marco del Festival Santiago a Mil y Santiago Off, las funciones se efectuarán al mediodía.
“Tenemos que repensar un poco las cosas, porque el teatro tiene que seguir viviendo. Es un espacio necesario no sólo para la generación de discurso, sino que también para el encuentro. Para nosotros ha sido importante ver que la gente viene al teatro no sólo a ver una obra, sino que a compartir con otros”, afirma.
Hasta ahora, son múltiples las denuncias existentes respecto de la interrupción del funcionamiento de los espacios culturales. No obstante, desde el circuito de gestores culturales de Barrio Arte, que comprende el eje Vicuña Mackenna y Lastarria, han iniciado un trabajo colaborativo con el fin de continuar con sus proyectos de difusión y diálogo.