“No, claro que no”, había afirmado categóricamente el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en una entrevista por la televisión, meses atrás, consultado sobre si tomaría medidas para evitar presentarse a juicio.
Una afirmación que ayer se convirtió en una mentira, cuando envió al presidente de la Knesset una carta solicitando fuero de inmunidad parlamentaria.
“La Ley de Inmunidad tiene por objetivo defender a los representantes del pueblo contra la imposición injusta de cargos, contra la presentación de cargos judiciales por razones políticas cuyo propósito es dañar la voluntad del pueblo”, dijo Netanyahu en un mensaje público.
La reacción de su oposición no se hizo esperar. El jefe del partido Azul y Blanco, Benny Gantz, afirmó que Netanyahu acababa de confesar su culpabilidad, y a juzgar por las otras reacciones, también de algunos de sus socios políticos, el premier israelí no obtendrá la mayoría para el logro de la inmunidad.
Algunos comentaristas escribieron hoy en la prensa que lo que Netanyahu prefiere es un estancamiento político, cuartas elecciones y quintas elecciones después de las de abril, septiembre y el próximo marzo, lo que lo mantendrá muchos meses más interinamente en su cargo.