Si hay una demanda transversal en el país, esa es la necesidad de escribir una nueva Constitución. Así lo muestran distintas encuestas, consultas ciudadanas -como la realizada por los alcaldes- y estudios de opinión. Por esta razón, pese a las críticas respecto de la forma y dudas sobre su concreción, el acuerdo para viabilizar un proceso constituyente fue mayoritariamente celebrado por todos los sectores políticos, principalmente desde la oposición, quienes valoraron la altura y visión de Estado de quienes concurrieron a dicho acuerdo.
Sin embargo, a casi dos meses de suscrito el documento, firmado desde la UDI al Frente Amplio, en el oficialismo han comenzado a matizar o sincerar sus posturas respecto de la necesidad de escribir una nueva carta fundamental desde una “hoja en blanco”.
Es así como en Renovación Nacional, tanto sus senadores como diputados, a diferencia de lo que plantearon varios de ellos inicialmente, han optado por adherir a la opción “rechazo”. A ellos se suman la mayoría de los parlamentarios de Evópoli, quienes se declararon en “estado de reflexión”.
Caso distinto es el de la UDI, en donde sus representantes no han titubeado al defender de manera acérrima la actual Carta Fundamental y, por otro lado, fustigar a quienes, dentro de su sector, plantean lo contrario.
Y es que con un descenso en la magnitud e intensidad de las movilizaciones, las condiciones políticas para desplegar una campaña por el “no” son más favorables que hace dos meses.
Desde La Moneda han reconocido que al interior del oficialismo se está estrechando el margen entre esta opción y el “Sí”, pese a que todos los sondeos apuntan a que, hasta ahora, esta última estaría ganando con una amplia ventaja.
Por esta razón, llamó fuertemente la atención la estrategia de un sector de Chile Vamos que en lugar de desmarcarse de la derecha más dura, optó por alinearse -salvo excepciones- con las posiciones más conservadoras de la coalición. Todo esto, a riesgo que quedar en una situación de ensimismamiento y poca empatía respecto de las demandas ciudadanas.
El factor Kast
Por otra parte, la amenaza de la extrema derecha es un factor que cada vez toma más relevancia. Así lo han advertido diversos expertos como Tomás Duval, analista político, quien sostiene que “aquí hay un factor político de dos vertientes: Lo primero es la opción Kast que, para la derecha, es una amenaza importante en el sentido de que sea la única figura que esté por la opción del rechazo. Ahí entiendo el movimiento de la UDI que provoca una tensión en Chile Vamos y casi un quiebre y, por otra parte, se produce un segundo hecho que es que al interior de Renovación Nacional se produce una fractura entre las dos opciones”.
En ese sentido, el cientista político enfatizó que “mi impresión es que también eso tiene una consecuencia política, pensando en las elecciones de octubre. Ahí hay un sector, una posición política más allá del tema de la violencia (…) me preocupa que vamos a llegar a abril muy polarizados en esas dos opciones. Es evidente que en Chile Vamos van a haber dos partidos que van a sufrir con el plebiscito, van a tener dificultades importantes”.
Asimismo, el experto añadió que “el panorama es muy complejo para Chile Vamos porque el Gobierno está ausente del proceso constitucional, lo cual es una anomalía (…) se va a producir una fracción importante, hay un quiebre entre la directiva del partido y los senadores, y eso es muy complejo en un proceso constituyente y en los dos años que queda de gobierno”.
Por su parte de doctora en ciencias políticas y académica de la Universidad de Chile, Claudia Heiss apuntó a las “dos almas” en Chile Vamos y a las dificultades del oficialismo para alinearse frente a este tema.
“Hay personas en la derecha que les parecía razonable crear una nueva Constitución democrática en el entendido de que no va a ser una Constitución de izquierda, ese es un compromiso con la democracia que hay alguna gente en la derecha que lo tiene, pero hoy lo que parece estar primando es el compromiso con los aliados” sostuvo.
La experta se refirió además al argumento esgrimido por parte del oficialismo respecto de los hechos de violencia y la falta de condiciones para llevar adelante un proceso constituyente.
“Mi impresión es que estas declaraciones que estamos viendo, que yo las encuentro sumamente irresponsables, lo que están haciendo es tratar de cuidar el voto de la derecha, tratar de que no se les vaya más gente hacia la extrema derecha y, en un momento de debilidad del Gobierno, tratar de cuidar la alianza con la UDI, con los grupos más de derecha de la coalición de gobierno”.
Desde esa perspectiva, la académica del Inap manifestó que “yo creo que es totalmente equivocado plantear esto como un chantaje, es totalmente falaz y no entender el proceso político que ha vivido el Chile en las últimas décadas (…) las movilizaciones no son de izquierda, hay gente de muchos sectores políticos, gente que votó por Sebastián Piñera que ha estado manifestándose contra la desigualdad, contra los abusos”.
Otro de los factores que podría resultar contraproducente para el oficialismo es la propuesta de paridad y escaños reservados para pueblos originarios en el marco del proceso constituyente. Es así como los partidos de Chile Vamos consensuaron una fórmula a través de listas cerradas que favorece a las colectividades más grandes. Una posición que dista de los proyectos ingresados por Renovación Nacional en esta materia, pero que además, no se condice con la decreciente legitimidad de los partidos, cualquiera sea su orientación política.