Concentración de cobre, plomo, zinc y arsénico en los suelos cercanos al Complejo Industrial Ventanas, en la bahía de Quintero y Puchuncaví, es lo que ha determinado un estudio elaborado por ocho científicos nacionales e internacionales, mismo que fue financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) del Ministerio de Educación.
Y es justamente por la concentración de arsénico que se puede determinar, según el estudio, un alto riesgo cancerígeno al que están expuestos los niños de entre 1 y 5 años que habitan en dicha zona.
Aunque se trata de una consecuencia anunciada por diversas organizaciones medioambientales, en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la dirigente de Mujeres en Zona de Sacrificio, Marta Aravena, reiteró su crítica frente a la poca iniciativa que ha tenido Gobierno al respecto.
“Este Gobierno, que se ha llenado la boca con patriotismo, debería cumplir con su responsabilidad para con los habitantes de Quintero y Puchuncaví, de realmente tomar las medidas estructurales que necesitamos y no medidas de contingencia. No decimos que no han hecho nada, pero es casi todo un maquillaje y no cambia el problema de raíz”, indicó.
Hay que recordar, además, que la última gran medida anunciada por el Gobierno respecto de las zonas de sacrificio tuvo lugar en medio de la COP 25 realizada en España, en la cual el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, confirmó el cierre de cuatro termoeléctricas a carbón en el país, dos de ellas en la zona de Quintero y Puchuncaví.
Pese a esto, Aravena precisó que aún falta hacerse cargo de otros casos del mismo tipo y que perpetúan aún más los problemas de contaminación.
“Las termoeléctricas deberían estar cerradas hace varios años atrás. El anuncio es de las más viejas, sin embargo, igual nos van a dejar funcionando dos termoeléctricas a carbón. La medida es aquí en la bahía de Quintero, pero poco más allá tenemos funcionando, en Quillota, otras centrales más que también afectan a toda la cuenca”, explicó.
Por su parte, la presidenta del Consejo Consultivo de Usuarios del Hospital Adriana Cousiño, María Araya, se refirió sobre el carácter deductivo del estudio mencionado, e indicó que éste debería dar paso a un análisis concentrado justamente en los casos de riesgo.
“Si bien hay niños que podrían generar un cáncer por vivir en una zona de sacrificio, tenemos que tener los elementos necesarios para hacer ese tipo de estudios. No sacamos nada con decir sí, encontramos arsénico en el suelo y no nos preocupamos realmente por lo que tenemos que preocuparnos, que es la salud y la convivencia entre las 19 empresas que contaminan estas dos comunas”, aseguró.
Frente a las diversas reacciones que ha generado la publicación de este estudio, uno de los realizadores, el doctor en ciencias agroalimentarias de la Universidad de Valparaíso, Jaime Tapia Gatica, se pronunció en sus redes sociales sobre la necesidad de continuar con estudios que profundicen en el margen de riesgo que podría tener la población menor de 5 años en la zona aledaña a la Fundición Codelco Ventanas.
“Es importante recalcar que el riesgo de cáncer obtenido a partir de parámetros internacionales son buenos estimadores, sin embargo, es necesario demostrar empíricamente una asociación entre el arsénico en el suelo y el arsénico en la sangre de los niños para establecer un riesgo más preciso”, indicó.
Asimismo, María Araya agregó que, aunque el Plan de Descontaminación llevado a cabo en la zona le otorga mayores posibilidades de fiscalización a la Seremi Regional de Salud, es un plan concentrado en el nivel de CO2 y no en los otros metales mencionados en el estudio.